La toxoplasmosis se extiende entre la población del lince ibérico

• Un nuevo estudio muestra una elevada diseminación entre los felinos
• El parásito no ha provocado casos clínicos entre ningún ejemplar
• Afecta también a los linces ibéricos criados en cautividad

Félix Rodríguez de la Fuente se refería a esta especie como 'la última fiera de España'.

El parásito de la toxoplasmosis se extiende entre la población del lince ibérico,  tanto en ejemplares en libertados como los criados en cautividad.

Así lo demuestra el trabajo más completo realizado hasta ahora, por la Universidad de Córdoba, que ha analizado la seroprevalencia (anticuerpos contra una enfermedad) de su agente causal llamado Toxoplasma gondii.

Se han analizado 129 linces ibéricos y se han detectado anticuerpos de la toxoplasmosis en 81 ejemplares, es decir, más del 60% de la muestra.

Además, los felinos son la única especie donde el ciclo del parásito es completo, y son los encargados de esparcir la enfermedad tanto a ejemplares en libertad como los nacidos o criados en cautividad, por lo que existe una elevada diseminación de este parásito en las áreas donde vive el lince ibérico.

A pesar de estos datos, "no hay que ser alarmistas", señala el autor principal del estudio, Ignacio García Bocanegra, en declaraciones a RTVE.es. "Esto es sólo un estudio que demuestra cómo el parásito circula por el felino, por lo que merece la pena profundizar la investigación para saber cómo se desarrolla".

Bocanegra añade que "a pesar de la presencia de anticuerpos en muchos ejemplares, no ha habido ningún caso clínico, por lo que no tiene demasiada repercusión en la especie".

Habitualmente, el contagio en los felinos se produce por ingestión de alguna de las formas infectantes que al llegar al intestino entran a las células intestinales, algo que se desarrolla en todos los animales de sangre caliente, tanto los felinos como los humanos.

Se ha observado que la seroprevalencia de Toxoplasma Gondii -el parásito que causa la enfermedad- aumenta con la edad de los animales, pero es la misma en linces ibéricos en libertad que en los criados en cautividad. "Sin embargo, la seroprevalencia es menor en ejemplares nacidos en cautividad" subraya el autor del estudio.

Entre las muestras analizadas, había algunas del mismo animal recogidas en diferentes años. Se ha podido comprobar que ejemplares nacidos en cautividad que no tenían anticuerpos de la toxoplasmosis, han desarrollado la enfermedad a lo largo de los años en los centros de cría.

Y eso, precisamente, conocer cómo y porqué se desarrolla esta enfermedad, y todas aquellas que ponen en peligro la vida del lince ibérico (Enfermedad Renal Crónica, Leucemia, etc.) es uno de los grandes objetivos de los investigadores.