La credibilidad de un gobierno es la clave en políticas a largo plazo, según el Nobel Kydland
- Las políticas a largo plazo son vitales para la recuperación, según el economista
- Kydland apunta a las PYMEs innovadoras como creadoras de empleo
El compromiso de un gobierno es fundamental para sacar adelante políticas económicas a largo plazo, las únicas que garantizan la salida de crisis como la actual. Pero, a su vez, dicho compromiso sólo funcionará si ese ejecutivo cuenta con credibilidad ante inversores, ciudadanos y mercados financieros. Este es el razonamiento con el que el Premio Nobel de Economía de 2004, Finn Kydland, resume su teoría para lograr un crecimiento firme y sostenido.
"Si un gobierno quiere ser coherente, bueno, eficiente y aplicar planes de futuro debe tener credibilidad; si no despeja las dudas sobre sus políticas habrá una importante fuente de incertidumbre" y sus políticas no funcionarán, ha concluido este economista noruego durante su conferencia en la Fundación Rafael del Pino, en Madrid, en la que ha evitado realizar referencias explícitas a España.
Los gobiernos y sus "tentaciones"
Este economista ha advertido que los gobiernos suelen tener "tentaciones" para cambiar en pocos años políticas que presentaron como de largo plazo. "La mayor tentación suele ser la subida de impuestos" y, cuando aparece ese tipo de "incoherencias", como las califica Kydland, "se crean expectativas de que haya nuevas modificaciones en el futuro, con un cambio de gobierno o un giro en la situación económica".
Para evitarlo y evitar así la pérdida de credibilidad, Kydlanda ha asegurado que los legisladores han probado distintas fórmulas como alargar los ciclos electorales o fomentar los pactos de Estado en asuntos importantes.
Cuando la tentación ha sido variar la política monetaria, para no pecar "los gobiernos pueden tratar de atarse las manos, por ejemplo anclando su moneda al patrón oro o creando un banco central independiente", ha añadido.
Kydland ha defendido que las políticas a largo plazo son "mucho más importantes que las de corto plazo" por lo que, en su opinión, no debe dudarse a la hora de tomar "decisiones dolorosas ahora, pero muy necesarias" para conseguir una economía saneada y firme en el largo plazo. "No importa cuál sea la causa de una crisis, lo que importa son las políticas" que adopte un gobierno para salir de ella, ha señalado.
Irlanda, ejemplo de credibilidad
El economista -que obtuvo el Nobel de Economía en 2004 junto a Edward Prescott por sus investigaciones sobre la coherencia a lo largo del tiempo de las políticas económicas- ha comparado la política económica de países como Argentina, Chile o Estados Unidos desde los años 80 hasta 2003, y ha destacado sobre todos ellos el ejemplo de Irlanda y su crecimiento sostenido desde 1990.
Según él, la clave del éxito irlandés fue "el compromiso de reducir los impuestos sobre el capital, nacional y extranjero, no en este año o el que viene, sino durante 20 años. Su gobierno de entonces se comprometió con esa bajada y logró credibilidad, eliminando una importante incertidumbre de los inversores frente a las decisiones políticas".
Otro factor clave en el caso de Irlanda fue, ha recordado Kydland, que "proporcionó educación secundaria gratuita desde finales de los años 60, con lo que consiguió elevar el porcentaje de trabajadores con elevada cualificación".
Innovación de las PYMEs
Esa inversión en la formación es, junto a la innovación y la tecnología, un "multiplicador" de la producción y un factor vital para obtener crecimiento en el PIB. Y para impulsarlos es decisivo el comportamiento de los gobiernos, porque sus decisiones marcarán "los incentivos para el cambio tecnológico y la acumulación de capital", ha señalado el Nobel de Economía.
Y en esa misma línea, Kydland ha apuntado que la creación de empleo a largo plazo recae, fundamentalmente, "en las pequeñas empresas que acaban de nacer fruto de una idea innovadora y que, por su tamaño, pueden luchar por mejorar su factor tecnológico en todos los niveles de la compañía". Por eso, el economista ha advertido a los gobiernos que "deben pensar muy bien cómo fomentar la actividad de esas empresas, cómo hacer que los préstamos lleguen a ellas".