Mueren dos águilas imperiales ibéricas envenenadas en Ávila
- Supone un frenazo a los objetivos de recuperación de la especie
- Se han encontrado en los términos municipales de Riocabado y Pozanco (Ávila)
- Las águilas han aparecido muertas junto a un buitre negro y dos milanos
Puedes ver: 'El valle de las águilas' | También puedes escuchar: 'El águila imperial'
Dos ejemplares de águilas imperiales ibéricas han sido hallados envenenados en Ríocabado y Pozanco (Ávila). Además, se han encontrado muertos un buitre negro, un milano real y un milano negro, según informa la Junta de Castilla y León.
Los ejemplares fueron hallados por agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León y efectivos del SEPRONA de la Guardia Civil de Ávila, que acudieron a la zona alertados por los avisos de localización de animales muertos.
También encontraron cebos envenenados, por lo que se presume que se trata de actuaciones intencionadas. Incluso se recogieron muestras y pruebas en las zonas afectadas y se ha realizado un rastreo en el entorno de los lugares donde han aparecido los animales.
Los ejemplares muertos fueron recogidos aplicando el protocolo habitual por envenenamiento, y se trasladaron al Centro de Recuperación de Animales Silvestres en Valladolid. Una vez realizadas las necropsias, se confirmaron las sospechas de que la causa de la muerte se produjo por envenenamiento.
Ahora será el Laboratorio Forense de Vida Silvestre de Madrid quien determine el agente causal.
La muerte de estos ejempalres supone un hecho de especial gravedad. El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) está clasificada como especie en peligro de extinción. Además, la utilización de venenos y cebos envenenados está expresamente prohibida en Castilla y León con multas que ascienden desde los 4.000 a los 80.000 euros.
Se trata del ave rapaz más amenazada del continente europeo, y su población mundial, según los datos del último censo del Ministerio de Medio Ambiente, se cifra en 253 parejas, que habitan única y exclusivamente en la península ibérica. Cuatro de ellas viven en Portugal. El resto, 249, en España.
Hasta ahora se han producido importantes avances en la recuperación de la especie gracias a los planes de gestión que se han aplicado desde hace más de 20 años.
Su población se ha multiplicado por seis en los últimos 35 años, según los últimos censos anuales. En las próximas semanas se sabrá si aumenta o disminuye, cuando conoceremos el último censo de esta especie en peligro crítico de extinción.