Sudán vota para legitimar a un Bachir sin rivales
- El presidente, perseguido por la Corte Penal Internacional, busca fortalecerse
- La oposición se retira y denuncia que las elecciones no van a ser "limpias"
- El sur vota con el ojo puesto en el reférendum de independencia de 2011
DATOS BÁSICOS DE SUDÁN
- Superficie: 2.505.810 kilómetros cuadrados dividos en nueve estados.
- Población: 38.600.000 habitantes (datos 2007).
- Religión: El 70% de la población es musulmana (suníes), seguida de un 20% de animistas y un 5% de cristianos.
- Sistema de gobierno: Sistema federal tras el golpe de Estado del general Omar Al Bachir en junio de 1989, quien desde entonces presidió la Junta militar bajo influencia islamista.
- Partidos Políticos: El partido gubernamental es el Partido del Congreso Nacional. En la oposición se encuentran el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS), el Partido Democrático Unionista (DUP), y el Partido de la Umma como los más mayoritarios.
Como un "hito" en la historia de Sudán han sido calificadas las elecciones que se se celebrarán este fin de semana en el país más grande de África y uno de los más pobres del mundo. Son los primeros comicios multipartidistas en 24 años, pero muchos los consideran una mera farsa orquestada para legitimar al denostado presidente Omar al Bachir, perseguido por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra.
Cuando los 15 millones de sudaneses llamados a votar acudan a los colegios electorales el 11, 12 y 13 de abril, se encontrarán con ocho urnas: una para elegir al presidente, otra para elegir al gobernador de su provincia, tres para la Asamblea Nacional y otras tres para la Asamblea Provincial. Situación que se complica en el sur del país, donde hay que sumar otras cuatro urnas destinadas a elegir a los representantes sureños.
"La gran cantidad de papeletas supondrá una dificultad añadida en un país como Sudán, con un alto índice de analfabetismo", ha advertido la eurodiputada belga y jefa de la misión de observación electoral de la Unión Europea, Veronique de Keyser. Un analfabetismo que roza el 31% en el caso de los hombres y supera el 50% en el de las mujeres.
Sin embargo, lo que más se le critica al sistema electoral, además de su complejidad, es que ha sido concebido como un mecanismo para asegurar la reelección de Al Bachir, instalado en el poder desde 1989 tras un incruento golpe de Estado.
Un Comisión Electoral poco fiable, una padrón manipulado para beneficiar a Al Bachir y el uso de bienes estatales para financiar la campaña del partido gobernante son las acusaciones que más ha repetido la oposición en los últimos días.
Los rivales se retiran
La retirada de los principales partidos opositores allanan aún más el camino a Bachir hacia la presidencia. El líder de Al Umma y ex primer ministro, Sadeq al Mahdi, es el único que podría hacerle sombra, pero ha decidido no presentarse a unas elecciones "que no van a ser limpias". Su misma estela han seguido la escisión Al Umma Reforma y Renovación y el Partido Comunista.
La opinión de que el proceso electoral está plagado de irregularidades también es compartida por los observadores internacionales de la UE, que se han retirado de la región de Darfur, donde la situación es más desfavorable. Sin embargo, otros 130 agentes comunitarios seguirán desplegados en Sudán, en una de las "mayores misiones de la UE", como ha reconocido la Alta Representante, Catherine Ashton.
"Son unas elecciones para proteger a Bachir de la CPI, que no tienen nada que ver con el proceso democrático", ha afirmado Yaser Arman, candidato presidencial del Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS) hasta que su grupo decidió boicotear esa votación.
La CPI, con sede en La Haya, ordenó la detención de Al Bachir al acusarlo de crímenes de guerra y contra la humanidad por su papel en la guerra de Darfur, que estalló en febrero del 2003 y ya ha causado unos 300.000 muertos y más de 2 millones de desplazados.
Algunos analistas coinciden en que detrás del boicot parcial propuesto por el MPLS se cierne un acuerdo no escrito con el Gobierno. Éste dejaría el camino libre a la celebración de un referéndum sobre la independencia del sur de Sudán, previsto para enero de 2011, a cambio de que Bachir mantenga su puesto.
Votar mirando al futuro
Esta consulta forma parte del Acuerdo de Paz Global de 2005 que puso fin a más de dos décadas de enfrentamientos entre la mayoría musulmana del Norte y el Sur cristiano.
Los dirigentes del sur quieren abiertamente la independencia total. Por el momento disfrutan de una autonomía amplia que les permite tener su propio Ejército, Gobierno, presupuesto y anualmente reciben 8.000 millones de dólares por los ingresos del petróleo.
El sur no no dudará en amenazar con tambores de guerra ante el más mínimo obstáculo que dificulte el proceso de consulta. Junto al reférendum, la pacificación de Darfur es el otro gran reto que tendrá que afrontar Sudán tras las elecciones.
Los sudaneses ven estas elecciones como una oportunidad para alcanzar la paz duradera y vencer los fantasmas de dos guerras civiles que han desangrado al país. En lo que va de año los enfrentamientos en Darfur han causado ya 450 muertos y 60.000 nuevos desplazados.