El difícil equilibrio de un presidente interino que quiere quedarse al frente de Polonia
- Bronislaw Komorowski asume el papel de jefe de Estado interino
- Debe dar una imagen no partidaria pese a que era el rival de Kaczynski
- Hombre de confianza del primer ministro, se maneja mejor en la sombra
Candidato y presidente de unidad; dirigente del partido de Gobierno y heredero por accidente de su principal opositor; protagonista forzado de uno de los momentos más conmocionantes de las historia reciente del país y un personaje que siempre se ha sentido más cómodo como un hombre en la sombra.
A todas estas contradicciones se enfrenta desde este martes Bronislaw Komorowski, convertido de la noche a la mañana en presidente de Polonia tras la trágica muerte de Lech Kaczyinski en un accidente de avión el pasado sábado cerca de Katyn, el lugar donde la élite polaca fue ejecutada hace 65 años y que ahora se ha convertido otra vez en su tumba por una ironía del destino.
Komorowski, que este miércoles tendrá que dar una fecha para las elecciones presidenciales -se disputarán en los próximos dos meses frente a la fecha de octubre inicialmente planeada- era hasta este fin de semana el candidato de la Plataforma Cívica (PO), el partido del primer ministro, Donald Tusk, abiertamente enfrentado a los hermanos Kaczynski.
Para ese puesto fue escogido precisamente porque, como hombre discreto y de su más absoluta confianza, podía asegurarse de que cumpliría con el objetivo de reducir los poderes del presidente, que todavía tiene en Polonia poder de veto a la hora de firmar leyes y en la política exterior.
Imagen presidencial
Sin embargo, desde el accidente, este hombre afable de grandes bigotes se ha mostrado más como un "padre de la nación" con llamadas a la unidad nacional y compromiso de imparcialidad durante la mayor crisis polaca desde la llegada de la democracia.
"El estado debe continuar hacia adelante, Polonia debe continuar hacia adelante, a pesar de todo el dolor, a pesar del duelo, a pesar de la tragedia inimaginable", ha declarado a la televisión polaca este lunes.
Para aquellos que temen que explote su nueva posición para su interés político, ha añadido: "Solo quiero tomar aquellas decisiones que sean absolutamente necesarias y urgentes. Todo lo demás tendrá que esperar a despues de las elecciones".
El problema es que hay un hecho incontestable a su favor: "La gente se está ya acostumbrando a verlo como presidente", señala al eurodiputada de su partido Lena Kolarska-Bobinska.
Komorowski, historiador de profesión, nació en el año 52 en la Polonia comunista en el seno de una familia de orígenes aristrocráticos. Como muchos dentro de su generación y su ideario político de centro-derecha, fue encarcelado por la ley marcial en los 80.
La amenaza del gemelo
Tras la caída del comunismo en Polonia en el año 89, se convirtió en activista político y fue minsitro de Defensa entre 200 y 2001, antes de convertirse en presidente del parlamento en 2007 tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas de 2007, en las que Tusk desbancó al hermano del presidente fallecido, Jaroslaw Kaczynski.
Ahora será precisamente Jaroslaw el que vigilará de cerca sus movimientos para evitar que haya ningún sesgo partidista en su labor, con la amenaza latente de que se presente para sustituir a su hermano en los comicios como candidato de su partido Ley y Justicia.
Una eventual candidatura del gemelo podría poner en riesgo la victoria de Komorowski, dado como favorito por las encuestas ante la caída de la valoración de Lech Kaczynski antes del accidente mortal.
"Este será un periodo muy difícil para Komorowski. Tendrá que ser extremadamente sutil y poco partidista, pero es también un miembro central en el PO. Mucho dependerá de cómo se comporte", ha concluido Kolarska-Bobinska a la agencia Reuters.