James Cameron pide a Lula que cancele la construcción de una presa gigante en la Amazonia
- Será la tercera mayor del mundo y desplazará a 50.000 indios y campesinos
- El cineasta se une a los manifestantes y advierte del impacto ambiental
El director de Avatar, James Cameron, y parte del elenco del taquillero filme se han unido en Brasilia a una protesta de indios y campesinos contra el principal proyecto de energía del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en la Amazonia.
"Escuché a los indios, escuché su rechazo y conocí los motivos de su lucha, y no puedo resistir no unirme a este grito de resistencia", afirma el cineasta canadiense ante cientos de activistas congregados ante la sede de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel).
Ese organismo oficial ha convocado para el próximo día 20 a una licitación para la concesión de las obras de la represa de Belo Monte, un coloso de hormigón que será construido en plena Amazonía y será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, por detrás de la de Tres Gargantas (China) y de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay.
Inundará más de 500 Km2
Belo Monte costará unos 10.600 millones de dólares, tendrá una capacidad de generación de 11.233 megavatios y creará 18.700 empleos directos, que según los movimientos sociales no serán para los habitantes de la zona, en su mayoría indios y pequeños agricultores dedicados al cultivo de cacao.
“Lula, terror de la Amazonía“
La ejecución del proyecto sobre el río Xingú, en el municipio de Altamira, del estado amazónico de Pará, supondrá inundar un área de 506 kilómetros cuadrados y desplazar a cerca de 50.000 indios y campesinos, según denuncian los grupos que se oponen a las obras.
Cameron, junto a Sigourney Weaver y Joel David Moore, dos de los protagonistas de Avatar, participó en la clausura de la protesta, que antes de llegar a la sede de la Aneel había recorrido céntricas avenidas de Brasilia, con pancartas en las que se leían, entre otras frases, "Lula, terror de la Amazonía".
El cineasta se ha comprometido ante los manifestantes a "difundir en el mundo" el rechazo de indios y campesinos al proyecto y también a proclamar ante la comunidad internacional que "hay otros modelos de progreso y desarrollo" menos agresivos con el medio ambiente.
Ha explicado que, durante las dos semanas que lleva en Brasil, donde ha participado en reuniones ecologistas y promocionado el DVD de Avatar, escuchó "a decenas de personas hablar en contra de ese proyecto, por el impacto que tendrá para el medio ambiente y para las poblaciones amazónicas".
"La naturaleza se vengará"
Sigourney Weaver, protagonista también de Alien, ha dicho que así como en Avatar encarna a una científica comprometida con la defensa de las selvas y sus pueblos, se unirá a la lucha de los indios y campesinos brasileños contra Belo Monte.
"Las represas hidroeléctricas son del siglo XIX y el mundo quiere un modelo de desarrollo para el siglo XXI", afirma la actriz con el puño en alto, en medio de banderas y ovaciones de los activistas.
El cacique Piracuma Iawarapiti, cuya etnia será una de las más afectadas por la represa, ha asegurado a Efe que si el proyecto sigue adelante "la naturaleza se vengará un día, y los indios serán los que pongan los muertos".
Al rechazo de esa monumental obra se ha unido el Ministerio Público Federal de Brasil, que ha presentado dos acciones ante la justicia para intentar suspender la licitación por fallos detectados en la concesión de la licencia ambiental y por una incompatibilidad con la Constitución.
Según la fiscalía, la central causará un "grave impacto" en la selva amazónica, podrá secar cien kilómetros del río e "intoxicar" el agua, lo que pondrá en peligro la supervivencia de miles de familias de campesinos y de varios pueblos indígenas.
El Ministerio Público también sostiene que no se puede celebrar la subasta porque no existe una legislación que regule expresamente la construcción de hidroeléctricas en tierras indígenas, que están protegidas por normas constitucionales.
Según el cacique Piracuma Iawarapiti, si la licitación realmente se realiza el día 20, "los movimientos sociales, los indios y los pueblos del Xingú" acentuarán su "lucha", porque en ella se jugarán la "supervivencia y el futuro de sus hijos y sus nietos".