El negociador palestino denuncia que con la nueva ley israelí llega el "apartheid" a Cisjordania
- Erekat califica de "limpieza étnica" la ley que ha entrado en vigor este martes
- La nueva norma permite la deportación de miles de residentes de Cisjordania
Para el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, la norma militar israelí que ha entrado este martes en vigor y que abre la puerta a la deportación de miles de residentes de Cisjordania supone "que la ocupación se ha transformado en apartheid".
"La nueva orden refleja el desarrollo de 43 años de ocupación. La ocupación corrompe y al introducir la nueva orden Israel ha declarado oficialmente la transformación de la ocupación en un régimen del apartheid", ha afirmado Erekat en una entrevista con la agencia de noticias Efe.
"Hoy (martes) los palestinos están siendo tratados de acuerdo con sus tarjetas de identidad" ha denunciado, en alusión a que la nueva norma permite a Israel considerar "infiltrados" a los habitantes de Cisjordania cuyos padres sean de otro territorio palestino.Y viceversa; Israel podrá deportar a los originarios de otro territorio palestino y que residan habitualmente en Cisjordania.
Erekat ha calificado esa política israelí de "limpieza étnica" porque "conlleva la separación de los palestinos de Jerusalén Este de los palestinos del Valle del Jordán, de los palestinos del Valle del Jordán de los palestinos de Gaza... y asi sucesivamente".
"Nunca en las horas más negras del apartheid en Sudáfrica a los negros se los impidió emplear carreteras, que es lo que ocurre en Cisjordania, donde hay carreteras que no pueden ser utilizadas por los palestinos, sólo las pueden utilizar los israelíes", ha recordado.
Este tipo de medidas "empujan a los palestinos hacia la violencia, el extremismo y el derramamiento de sangre", y "sabotean los esfuerzos norteamericanos, europeos, rusos y de la ONU" para reactivar el proceso de paz en Oriente Medio.
La Liga Árabe ha pedido a los palestinos que se "nieguen a obedecer" cualquier orden del ejército israelí en este sentido.
"Necesitamos reanudar las negociaciones", ha señalado, pero según él, no será posible hasta que se detenga la expansión de las colonias judías en suelo palestino, por lo que considera necesario que la comunidad internacional se muestre firme al respecto.
Esperanzas puestas en EE.UU.
Erekat ha revelado que mantiene "contacto diario" con la administración de EE.UU., "y los norteamericanos nos dicen que prosiguen sus esfuerzos para el inicio de las conversaciones de proximidad", nombre oficial de la negociacion indirecta que Washington quiere poner en marcha.
"Espero que esos esfuerzos se vean coronados por el éxito", ha subrayado. Sin embargo, ha asegurado que "los norteamericanos no nos han informado" de un supuesto nuevo plan que darían a conocer en otoño y que vincularía la creación de un estado palestino a la solución de la crisis por el programa nuclear iraní, según el Washington Post.
"Los norteamericanos no nos han informado en qué están pensando (...) pero espero que el presidente (norteamericano, Barak) Obama presente parámetros basados en la solución de los dos estados, basados en la retirada israelí a las fronteras de 1967", ha precisado.
Erekat considera que, en todo caso, "la vinculación entre Palestina y el resto de la región es la puerta de salida a la actual inestabilidad. La estabilidad, la paz y la seguridad solo se logrará en la región con el establecimiento de un estado palestino".
"Sin el fin de la ocupación israelí creo que siempre habrá problemas en Oriente Medio. Sea en Afganistán, en Irak, en Irán o en el próximo país, que no sé cual será. La fuente de todos los problemas en la región es la continuidad de la ocupación israelí".
El jefe negociador palestino ha atribuido a esa toma de conciencia la sensibilidad mostrada por Obama ante el conflicto enquistado desde hace más de seis décadas en Oriente Medio, cuya solución figura a la cabeza de las prioridades del presidente norteamericano.
"La clave no son los individuos sino los intereses. Las países están guiados por intereses. Y EE.UU. está madurando. Tiene 200.000 soldados en dos países musulmanes, Afganistán e Irak. Y si quiere que vuelvan a casa -apunta-, sabe muy bien lo que tiene que hacer".