Obama consigue poner la seguridad nuclear en la agenda internacional
- La cumbre reconoce que el terrorismo nuclear es una de las mayores amenazas
- Los asistentes se dan cuatro años para asegurar el material fisible
- Obama advierte a Irán de los costes si persiste en su programa nuclear
Los 47 países participantes en la cumbre de Seguridad Nuclear que se ha celebrado en Washington han acordado por unanimidad asegurar todo el material fisible -plutonio y uranio- en un plazo de cuatro años.
Todos los asistentes reconocen la urgencia y seriedad de la amenaza que supone que este material caiga en manos de "actores no estatales", el término que han escogido para referirse a los terroristas que aspiran a conseguirlo y las mafias dispuestas a traficar con él.
Las 47 naciones señalan que "el terrorismo nuclear es una de los mayores desafíos para la seguridad y estabilidad mundial". Un sólo atentado sería "catastrófico", como ha subrayado el anfitrión, Barack Obama.
Por ello, los firmantes se comprometen a tomar 'medidas nacionales responsables' y desarrollar una 'cooperación internacional efectiva y sostenida' para atajar la amenaza. Volverán a reunirse en Corea del Sur en 2012 para hacer un seguimiento de las acciones aprobadas. Todos los compromisos acordados en 12 puntos son de cumplimiento voluntario.
Advertencia a Irán
El borrador de declaración final omite cualquier mención al programa nuclear iraní o de Corea del Norte, que no han sido invitados a la cumbre, aunque han figurado en las conversaciones bilaterales que ha mantenido Obama. El objetivo explícito del presidente de EE.UU. es convencer a ambas naciones que "sus ambiciones atómicas tienen más costes que beneficios".
En particular, destaca el encuentro que mantuvo el lunes con el presidente chino, Hu Jintao, al que le insistió en que tiene que haber consecuencias a la ambición iraní. China se ha mostrado dispuesta a trabajar con EE.UU. para imponer sanciones a Irán. Obama ha asegurado que "China coopera con EE.UU. en este objetivo". Su apoyo es esencial, ya que tiene poder de veto en las resoluciones de Naciones Unidas.
Sin embargo, ambas superpotencias discrepan sobre el alcance del castigo y Pekín insisten en el diálogo y la negociación para solucionar definitivamente el programa nuclear iraní. Obama, al igual que China, es consciente de las ramificaciones económicas que plantea uno de los mayores productores de petróleo pero ha señalado que las sanciones no se van a eternizar y serán contundentes. Espera que se aprueben antes del verano y dice contar con el respaldo de buena parte del Consejo de Seguridad.
En la misma línea, Obama está convencido de que Corea del Norte volverá a la mesa de negociación cuando se convenza de que está aislada internacionalmente.
Medidas nacionales
La amenaza del terrorismo nuclear es real. El director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Yukiya Amano, estima que cada dos días se produce un incidente relacionado con la seguridad y el tráfico ilegal de materiales fisibles.
Por eso, Obama ha destacado que los asistentes a la cumbre no se han limitado a hablar sino a adoptar medidas concretas. Rusia se ha comprometido a deshacerse de 34 toneladas de plutonio y EE.UU. tomará una decisión equivalente. En conjunto, material suficiente para construir 17.000 bombas atómicas.
En la misma dirección van los compromisos anunciados por Ucrania, Canadá, Chile o México, que se desharán del uranio enriquecido. El esfuerzo se apuntalará con 10.000 millones de dólares para reforzar las medidas de seguridad.
Además, los participantes en la cumbre potenciarán la reconversión de los reactores para que utilicen uranio poco enriquecido, que no tiene uso militar. Asimismo, establecerán controles para impedir que la información y la tecnología nuclear pueda ser utilizada por los 'actores no estatales'.
Cooperación internacional
Los firmantes son conscientes de que el problema no se soluciona individualmente y acuerdan cooperar como 'una comunidad internacional' para avanzar en la seguridad nuclear, suministrar la ayuda que fuera necesaria e impedir el tráfico ilegal de material fisible.
Otorgan un 'papel esencial' a la Agencia Internacional de la Energía Atómica en este marco y se comprometen a dotarla de la estructura, recursos y conocimientos necesarios para desarrollar su labor.
Esta cooperación internacional queda supeditada a las respectivas leyes nacionales, a través de mecanismos bilaterales y multilaterales. En ningún caso, se vulnerarán los derechos de los Estados al uso pacífico de la energía atómica.