La National Gallery dedica una exposición a cuadros "falsos", errores de atribución y autoría
- Close Examination indaga en la verdadera historia de 40 cuadros
- Su departamento científico se vale de una cámara de rayos infrarrojos
La National Gallery ha anunciado este jueves una original exposición sobre falsificaciones, errores de atribución y autorías descubiertas gracias a la aplicación de los últimos adelantos tecnológicos al estudio de las obras de arte.
Su departamento científico, fundado en 1934 y actualmente en la vanguardia del análisis de los materiales y técnicas de la pintura, ha desarrollado una cámara de rayos infrarrojos con un sensor móvil, bautizada Osiris, que permite un estudio en profundidad de los cuadros en busca de detalles que corroboren o desmientan una determinada autoría o datación.
Los rayos X, la reflectografía de infrarrojos, la microscopía electrónica, la espectrometría de masas y otras técnicas "no invasoras" proporcionan a los expertos valiosísima información sobre los pigmentos, lacas y demás materiales utilizados, así como sobre las prácticas de los pintores o la transformación que sufren inevitablemente con el paso del tiempo las obras de arte.
Unos 20 años de "chequeo"
La National Gallery se ha propuesto someter a análisis prácticamente todos los cuadros que integran su colección, tarea que llevará unos veinte años, y los resultados se van publicando periódicamente en un boletín técnico destinado a los especialistas así como en sucesivos volúmenes.
Close examination (Examen de cerca), como se titula la exposición londinense, que podrá visitarse del 30 de junio al 12 de septiembre de 2012, contará, según sus organizadores, las fascinantes historias de más de una cuarentena de cuadros de la propia colección del museo.
La primera sala estará dedicada a las falsificaciones y engaños, como aquél de que fue víctima el propio museo al comprar en 1923 una obra que se creía del siglo XV, titulada Retrato de Grupo y que mostraba unos personajes de perfil, supuestamente el duque de Urbino Federico de Montefeltro y sus dos hijos, pero que se reveló falsa al descubrirse que se había pintado con pigmentos no disponibles antes del siglo XIX.
La segunda sección, titulada Transformaciones y Modificaciones, reunirá obras que han sufrido alteraciones a lo largo de la historia, bien porque alguien trató de adaptarlas a los nuevos gustos de una época, bien para dar, por ejemplo, al personaje retratado otra identidad, o por cualquier otro motivo espurio.
Errores bajo el microscopio
Así, por ejemplo, un retrato de Alexander Mornauer, de un artista alemán desconocido de la segunda mitad del siglo XV, fue alterado con la intención de hacerlo parecer obra de Holbein, lo que le daba más valor.
El examen microscópico de algunas secciones del cuadro revelaron, no sólo que se había aplicado una capa de pintura azul al fondo marrón original, sino que se había cambiado incluso la forma del sombrero.
Otra sala de la exposición estará dedicada a errores de atribución, como la obra titulada Hombre con cráneo, que la National Gallery adquirió en 1854 como original de Holbein y que, según se descubrió después al analizar la antigüedad de la madera del marco, es posterior a la muerte de ese artista.
Cambios de autoría
Los expertos de la galería han hecho, por otro lado, descubrimientos interesantes, por ejemplo en la restauración del cuadro La Virgen y el Niño con dos ángeles, adquirido inicialmente como una obra de Domenico Ghirlandaio y atribuido luego al taller de Andrea del Verrocchio.
Gracias a la reflectografía, los expertos han podido determinar finalmente que el propio Verrocchio pintó la Virgen, uno de los ángeles y el paisaje del fondo, mientras que el resto es obra de su ayudante Lorenzo di Credi.
La pintura Un Soldado Muerto, una "vanitas" o alegoría sobre la inexorabilidad de la muerte, con un cadáver real tendido en el suelo y otros elementos simbólicos como huesos y calaveras humanas, que se creía de Velázquez y que inspiró a Manet su Torero muerto, se atribuye ahora a un artista italiano influido por el maestro español.
Alguna que otra alegría
En 1874, la National Gallery compró dos Botticelli, o eso creyó, pues, mientras que el titulado Venus y Marte es con seguridad original, el otro, titulado Una Alegoría, que se creía el compañero de aquél, es un pastiche, obra de un imitador del gran renacentista italiano.
Finalmente la ultima sección estará dedicada a noticias más positivas para el museo, como el descubrimiento de que la deliciosa Virgen de los Claveles, que se creía copia de Rafael, es realmente una obra suya, o que el paisaje de Caspar David Friedrich Invierno, que se consideraba copia de otra que se conserva en Dortmund, es obra del gran pintor romántico alemán.