Un experto asegura que la nube de ceniza podría bloquear parte de la radiación solar
- Víctor Magaña cree que podría originar un "efecto refrigerador" en la atmósfera
- Advierte del peligro de que la ceniza forma lodo al mezclarse con la lluvia
La nube de ceniza emitida por la erupción de un volcán bajo el glaciar islandés Eyjafjajjajokull podría llegar a bloquear la radiación solar.
Así lo ha asegurado a Radio Nacional de España el doctor en Ciencias Atmosféricas de la Universidad de California, Víctor Magaña, quien ha admitido la hipótesis de que el fenómeno podría provocar una ligera tendencia a la disminución de temperatura en el hemisferio norte.
Según Magaña, "ha habido volcanes que han puesto cenizas en la parte estratosférica, a 20 o 30 kilómetros de altura, y los vientos los han seguido moviendo durante meses", sin que haya provocado mayores contratiempos.
La posibilidad de que la nube desencadene un "efecto refrigerador" en la atmósfera es remota y, en todo caso, no afectaría al aumento generalizado de la temperatrua que vive el planeta a causa del cambio climático.
En sus declaraciones al programa 'En Días Como Hoy' de RNE, Víctor Magaña ha destacado que la evolución de la nube "va a depender mucho de las condiciones de los vientos que dominen" y ha advertido del peligro que puede suponer que las cenizas volcánicas se mezclen con agua de lluvia.
"En algunos lugares ha parado el funcionamiento de automóviles, porque la lluvia más la ceniza puede afectar a los motores", ha indicado.
Magaña ha manifestado que, aunque la lluvia podría provocar un lavado de la atmósfera y hacer que aterrice la ceniza, también se puede convertir en lodo, afectando a las ciudades y retrasando su dispersión natural.
La duración de la nube es "imprevisible"
Mientras los aeropuertos europeos siguen cerrados, la pregunta ahora es cuánto tiempo durará el efecto de la nube de ceniza volcánica.
Según ha señalado en RNE el coordinador de Inspección de Seguridad Aérea de la Agencia Estatal de Seguridad (AES), José Luis Lozano, la duración es "imprevisible".
Lozano cree que es necesario emplear las redes de información meteorológica repartidas por todo el mundo para "controlar la evolución de la nube" y califica la situación de "excepcional".
El experto en seguridad considera que la presencia de este tipo de nubes es "muy peligrosa", ya que las pequeñas porciones de roca acumuladas en el interior de los motores provocan "una degradación en su funcionamiento" que incluso pueden provocar la parada, que se produciría "en todos los motores del avión a la vez", una circunstancia que ya se ha producido con anterioridad.