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Canto musical de esperanza por Haití en Santo Domingo

  • Juan Luis Guerra reúne a artistas latinoamericanos por Haití
  • El concierto que congregó a 40.000 perosnas pagará un hospital infantil

Por
Milly Quezada, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Juanes, Luis Fonsi, Juan Luis Guerra y Jhonny Ventura.
Milly Quezada, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Juanes, Luis Fonsi, Juan Luis Guerra y Jhonny Ventura.

La música se vistió el domingo de solidaridad en Santo Domingo con el concierto "Un canto de esperanza por Haití", en el que Alejandro Sanz, Enrique Iglesias, Luis Fonsi, Juanes y Miguel Bosé se unieron a Juan Luis Guerra para apoyar y contribuir a la reconstrucción de la empobrecida nación caribeña.

"Gracias por estar aquí, porque ustedes han hecho posible que cumplamos con nuestro propósito de entregar a los hermanos haitianos un hospital infantil", exclamó Guerra, artífice de una presentación que reunió a unas 40.000 personas en el estadio olímpico "Félix Sánchez" de la capital dominicana.

La balada, el pop, el merengue y la bachata unieron sus acordes bajo un cielo medio nublado que finalmente hizo "llover café" sobre una multitud que coreó durante más de tres horas a cada uno de los artistas que respondieron al llamamiento del "inmenso" Juan Luis Guerra, como lo definió el colombiano Juanes, en favor del pueblo haitiano, afectado por el terremoto de enero pasado.

Desde que el propio Guerra encendiera el escenario con "La travesía", la noche no tuvo más opción que rendirse ante la clase de cada una de las estrellas internacionales que se alternaron con los consagrados artistas locales Johnny Ventura, Milly Quezada y Maridania Hernández, una "contraparte" de lujo.

A Juan Luis siguió en tarima el español Bosé, quien con su muy peculiar estilo sobre las tablas se adueñó de los primeros chillidos interpretando "Bandido".

Un gigantesco coro por Haití

La dominicana Maridalia Hernández sucedió al polifacético intérprete y de inmediato sintonizó con "Te ofrezco", al que siguió "Quien no sabe de amor" y "Recuento".

La gente estaba tomándole el pulso al concierto cuando el puertorriqueño Fonsi sacudió el aforo con "Quién te dijo eso", paseándose por el escenario y reclamando el apoyo del gigantesco coro.

"Estamos aquí con el corazón por Haití", exclamó el boricua antes de "Aquí estoy" y de cerrar con "No me doy por vencido", uno de sus más grandes éxitos.

Pero fue el español Enrique Iglesias quien se apoderó por completo de los fans cuando reclamó que "todo Santo Domingo" cantara junto a él y, no contento con ello, se mezcló con el público y subió de allí con un joven al que puso a cantar "Héroe".

"Quiero un gran aplauso para Juan Luis Guerra y para ustedes mismos por este noble gesto de ayudar a la causa de Haití", dijo Iglesias.

A Milly Quezada le tocó mantener la euforia con una mezcla de cadenciosos merengues como "Para darte mi vida" y "Sólo contigo".

El español Sanz pasó entonces a ser el centro de atracción con su inseparable guitarra y a deleitar al ritmo de "Desde cuando", "Corazón partío" y "Looking for paradise".

Merengue y café

El merengue volvió a hacer retumbar el estadio con el "rey" Johnny Ventura y su conocida capacidad para improvisar versos, que en esta oportunidad fueron para enaltecer el gesto de Guerra de convocar al concierto.

La música no daba tregua a la distracción, la multitud quería más, y eso fue lo que le dio el colombiano Juanes con "A Dios le pido", a la que siguieron "Odio por amor" y la "Camisa negra".

Juan Luis Guerra volvió con "Como yo", la recién estrenada "Bachata en Fukouka" y el conocido "Farolito", una de sus afamadas experimentaciones con el merengue típico dominicano.

Sorbo tras sorbo, el multitudinario público dio a cada artista muestras de cariño y entusiasmo, pero sabía que faltaba algo grande.

Las presentaciones individuales habían cumplido plenamente su cometido y llegó el momento de reunir en el escenario a los protagonistas con un inolvidable "Ojalá que llueva café", que dio término a un concierto "inigualable", como afirmó Estefany, de 16 años, quien apelará a su juventud para 'sobrevivir' a más de tres horas de baile, saltos y gritos.