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La crisis interna del partido de Berlusconi

  • El presidente de la Cámara de Diputados, a la cabeza de las críticas
  • Fini pide más democracia interna pero ha declarado su lealtad a Berlusconi

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Las diferencias entre Berlusconi y Fini crean incertidumbre sobre el futuro del partido
Las diferencias entre Berlusconi y Fini crean incertidumbre sobre el futuro del partido

El enfrentamiento entre Berlusconi y Fini se ha hecho delante de la asamblea, con luz, taquígrafos y la televisión en directo.

En su intervención Fini, presidente de la Cámara, ha dicho que no está celoso de lo que hace Berlusconi ni pone en duda su liderazgo.

Las diferencias entre Berlusconi y Fini hace tiempo que son públicas.

"Sé que soy la voz de una corriente minoritaria", aclara el presidente de la cámara, "pero mis palabras no son para nada una traición, sino un ejemplo de lealtad porque me salgo del discurso de todos aquellos que dicen que todo va bien".

Posteriormente, Fini ha lanzado ideas para los próximos 3 años.

Tras esto, Berlusconi ha tomado la palabra y le ha reprochado públicamente que, hasta ahora, no había hecho ninguna propuesta.

Con Fini levantado del patio de butacas y replicando a voces a su líder, el Cavaliere le ha recriminado que el martes le dijera que se arrepentía de haber fundado el partido y que quería formar un grupo parlamentario dividido.

Aún así, lealtad a Berlusconi

Pese al aireado enfrentamiento a voces, los 55 minutos de intervención de Fini, han servido para declara públicamente la lealtad a Berlusconi.

Eso pese a que le ha acusado de manejar periódicos y ha extendido buena parte de su intervención para mostrar sus ideas críticas. La política es un show y en Italia sus representantes visten la toda del doctorado del espectáculo.

La Asamblea de la ejecutiva del PDL continuará todo el día, aunque el momento de más tensión ya se haya vivido.

En torno a una cincuentena de diputados se alinean con la corriente crítica lo que podría poner en peligro el futuro del gobierno, aunque Berlusconi asegura que seguiría delante de cualquier manera.

No obstante, todo parece indicar que, aunque el gallinero siga cacareando, ninguno quiere sacar la cresta del partido que gobierna Italia.