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Los micrófonos abiertos y los políticos no se llevan bien

  • Brown ha sido pillado llamando "intolerante" a una electora
  • Otros politicos como Reagan y Bush también fueron víctimas

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Un pantalla gigante muestra las noticias destacadas de la cadena televisiva Sky News, entre las que se encuentra el desliz del primer ministro Gordon Brown.
Un pantalla gigante muestra las noticias destacadas de la cadena televisiva Sky News, entre las que se encuentra el desliz del primer ministro Gordon Brown.

Un micrófono abierto es una de las armas más temidas por los políticos. Pero si además, el indiscreto aparato les pilla en plena campaña electoral y no lo apagan a tiempo, puede arruinar su imagen y su carrera.

Gordon Brown, primer ministro británico y candidato laborista en las elecciones del próximo 6 de mayo, lo ha comprobado en sus propias carnes este miércoles cuando las cámaras le han captado llamando "intolerante" a una votante por culpa de una microfóno abierto.

Ha tenido que pedir perdón por unos comentarios insultantes a una mujer que se había quejado de su política social.

Otro 'premier' británico, John Major, también pasó un serio aprieto cuando en una entrevista con un reportero de televisión llamó "bastardos" a los miembros de su partido que se oponían al Tratado de Maastricht pensando que tal afirmación no se haría pública. Y es que su lucha por asegurar que se aprobara el documento comunitario también le llevó a preguntar a la prensa con ironía ¿"por qué un pelele como yo sigue ganando?.

Y no pelele, pero sí "vengativo" e "incomprensivo"  le llamó el diputado de su propio partido David Evans en una entrevista cuya transcripción fue entregada a un canal de televisión regional. Además, Evans, también fue poco elegante al decir de una candidata laborista a su circunscripción que era "madre de tres niños bastados" y que "nunca había hecho un buen trabajo".

Deslices al otro lado del charco

Meteduras de patas las hay de todos los gustos también las encontramos en el continente americano.

"Ciudadanos americanos, me complace decirles que hoy he firmado una ley para proscribir a Rusia para siempre. Los bombardeos comenzarán en cinco minutos". Este "broma" que, cuanto menos, alarmó a la población, fue pronunciada por el presidente norteamericano Ronald Reagan en directo por la radio antes de realizar un discurso 1984, apogeo de la guerra fría.

Sin embargo, algunas de las más recordadas quizás sean las protagonizadas por el ex presidente estadounidense George W. Bush.

En un acto de campaña en Naperville, Illinois le dijo a su socio Dick Cheney sin darse cuenta de que sus palabras eran recogidas por los micrófonos: "Hay está Adam Clymer, el mayor gilipollas del New York Times". El entonces candidato republicano lamentó más tarde que se hubiera escuchado tan desafortunado comentario, pero evadió contestar si pediría perdón al periodista.

Y haciendo gala de su sinceridad sin límites, Bush fue cogido por un micrófono abierto en el almuerzo de clausura de la cumbre del G8 en Rusia cuando le charlaba con su colega británico Tony Blair. "Mira, lo que necesitan es que Siria consiga que Hizbulá deje de hacer esta mierda y se acabó.", afirmó el presidente estadounidense mientras untaba un pan con mantequilla.