De la Vega defiende la Ley de Amnistía en plena polémica por la causa del franquismo de Garzón
- Dice que el espíritu de la Transición va "más allá que cualquier hecho puntual"
- La vicepresidenta destaca las pensiones concedidas gracias a aquella ley
En plena polémica por la actuación de Garzón en el caso del franquismo, María Teresa Fernández de la Vega ha defendido la "muchas veces citada y poco leída" Ley de Amnistía y ha dicho que los principios de la Transición van "mucho más allá de cualquier hecho puntual".
Lo ha hecho además en la Universidad de Nueva York, una institución que también se asocia con otra causa que puede apartar al magistrado de la carrera judicial.
Aunque la más inmediata se refiere precisamente a la investigación de Garzón sobre los crímenes cometidos durante la dictadura aplicando los principios del derecho internacional (que considera imprescriptibles esos delitos). El Tribunal Supremo lo ha imputado por saltarse la Ley de Amnistía, lo que a juicio del instructor Luciano Varela sería prevaricación (el delito más grave que puede cometer un juez en el ejercicio de su profesión).
En la agenda de su viaje oficial a Estados Unidos, la vicepresidenta primera del Gobierno, jurista de formación, tenía previsto inaugurar este martes (madrugada del miércoles en España) un simposio sobre la historia de España desde 1975 al presente, organizado por el escritor Antonio Muñoz Molina.
'Ése es el camino a seguir'
De la Vega ha comenzado diciendo que los principios que guiaron el paso de la dictadura a la democracia están "mucho más allá de cualquier hecho puntual que pueda acontecer", por lo que "no se pueden cuestionar, ni confundir, ni poner en entredicho por circunstancias concretas que se puedan presentar".
En su conferencia De la España aislada a la España en el mundo, De la Vega ha destacado los avances económicos y sociales logrados en estas décadas, pero ha dedicado buena parte de su reflexión a la Transición.
"Ese espíritu de reconocimiento, de rehabilitación, compartido por la inmensa mayoría de los españoles, sigue alentando en nuestra sociedad. Esa es la mejor prueba de que las prioridades y los ritmos que entonces nos marcamos fueron los correctos y de que ése debe seguir siendo el camino a seguir", ha dicho.
La vicepresidenta primera del Gobierno ha calificado esa transición de "modelo para todo el mundo". "Es verdad que entonces decidimos poner más el acento en todo aquello que nos unía que en lo que hasta entonces nos había separado, es verdad. Pero no es menos cierto que también se comenzaron a restañar viejas heridas no cicatrizadas", ha añadido.
Por eso, ha dicho, es "profundamente injusto afirmar, como a veces se hace, que todo se dejó estar, porque no fue así", ya que "el reconocimiento de derechos, la rehabilitación, el apoyo a las víctimas de la dictadura comenzó a materializarse en los años ochenta".
Reparación a las víctimas
"Aquella España de hace treinta años, con todos sus problemas y sumida además en una profunda crisis económica, supo hacer un esfuerzo para llevar a cabo esta tarea. Más de medio millón de personas comenzaron a percibir una pensión y otras 60.000 a recibir indemnizaciones por haber estado en la cárcel", ha recordado.
“Se han dejado definitivamente atrás las dos Españas que temía Machado y que a nadie más helarán el corazón“
Finalmente, la portavoz del Ejecutivo ha citado a dos intelectuales para afirmar que ya se han dejado "definitivamente atrás las dos Españas que temía Machado y que a nadie más helarán el corazón", y que "aquel país que, como decía Ortega y Gasset, siempre está en vías de ser, se ha convertido en un país que está y es, que cuenta y con el que se cuenta".
Haciendo una elipsis, también ha señalado que el Gobierno tomó "el espíritu" de la Transición para su Ley de la Memoria Histórica que según ella es "de todos y para todos, sin ausencias, ni omisiones, sin exclusiones, ni olvidos".
Cruces de caminos
No obstante, algunas asociaciones de víctimas consideran insuficiente esa norma y el pasado sábado se manifestaron en numerosas ciudades para pedir el fin de la impunidad del franquismo y en apoyo de la instrucción de Garzón en la causa que tuvo que dejar.
La periodista de TVE Cristina Ónega, señala que De la Vega, como impulsora de la Ley de la Memoria Histórica, "no vio nunca con buenos ojos la investigación de Garzón".
Se da la circunstancia de que cuando Garzón dejó la toga por la política en los años noventa, se cruzó con la vicepresidenta cuando se fusionaron los ministerios de Interior y Justicia, del que ella era secretaria de Estado.
Él había empezado su carrera como Delegado del Plan Nacional sobre Drogas y llegó a ir de número dos en la lista de Felipe González. El País escribió este lunes que De la Vega "desprecia" al magistrado desde entonces por los "enfrentamientos personales que mantuvieron".