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La mujer, otra mirada sobre el dolor en Darfur

  • Francisco Magallón expone sus fotografías de viajes en Bilbao
  • Como cámara de TVE, ha visitado numerosos países en conflicto

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Campo de Dorty. Darfur, 2006.
Campo de Dorty. Darfur, 2006.

La exposición Mujeres de Darfur - La otra mirada, con fotografías de Francisco Magallón, puede verse hasta el 30 de abril en el Centro Cívico La Bolsa, de Bilbao, y está organizada por el Comité Vasco del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Magallón es cámara de TVE, lo que le ha permitido estar en numerosos lugares de África y América, en conflictos como el de Gaza, Líbano, Bosnia o Brimani y asistiendo a los efectos de desastres como el tsunami en Sri Lanka. Ha logrado el Primer Premio de Periodismo de la Fundación Pfizer o las  Medallas de Plata y Bronce en el New York Festival.

Protagonistas permeables pero transparentes de un conflicto invisible. Las mujeres de Darfur padecen las peores consecuencias de la crisis que las atraviesa; pero no se las ve, ni se las oye en los medios de comunicación ni los centros de poder de Darfur, Sudán y el mundo.

Sin permiso para disentir, equivocarse, volver a probar... ser cada una tal cual es. No pueden decidir sobre su presente o futuro. Desde que nacen hasta que mueren no conocen otra realidad más que la indiferencia y el menosprecio tanto de su saber como de sus valores.

Desconocidas habitantes en la lejanía de sus hogares, mayoría en los campos de Darfur y Chad. Despojos de la guerra en paupérrimas aldeas y ciudades sin hombres. Desheredadas integrantes de los grupos nómadas.

Condenadas a lo doméstico, la gestación y crianza de sus hijos e hijas; a la obtención de alimento, agua y leña para ellas y sus familias. Abandonadas en estas tareas a su propia suerte, incluso ante el riesgo de agresión sexual o de asesinato. Desprotegidas por la ley; sin opciones para reclamar o denunciar injusticias, crímenes y desigualdades.

Mujeres vulnerables como su entorno desertizado; pero persistentes como el agua. Supervivientes luchadoras, esperanzadas defensoras de sus causas, poderosas creadoras de vida donde no hay más que desierto.

Experimentadas evocaciones en carne viva de que la violencia no conduce a nada bueno. Ideólogas y constructoras, si las dejan, ladrillo a ladrillo, hebra a hebra, palmo a palmo... de su propio futuro.