Comienzan a quemar la mancha de crudo del Golfo de México para frenar el desastre ecológico
- La mancha será sometida a pequeños fuegos para intentar reducir su tamaño
El objetivo es evitar que la mancha afecte a las sensibles marismas de Luisiana
Las autoridades de EE.UU., bajo presión por la amenaza de un desastre ecológico a causa del enorme vertido de petróleo en el Golfo de México provocado por la explosión de una plataforma petrolera, han comenzado a quemar porciones de la mancha para evitar su llegada a la costa de Luisiana.
Las autoridades han dicho que aunque estos intentos por reducir la mancha prosigan durante todo el día, los resultados no se conocerán hasta 24 horas después. La decisión de someter la mancha a pequeños fuegos controlados se ha tomado pese a la contaminación que generará en el aire.
Evitar que afecte a las marismas
El objetivo, según ha dicho la jefa de la Guardia Costera, Mary Landry, es evitar en lo posible que la mancha, del tamaño de la isla de Jamaica, afecte a las sensibles marismas de Luisiana.
En la rueda de prensa, las autoridades han detallado cómo se hará la delicada operación de combustión que, si bien no eliminará totalmente el vertido, al menos reducirá el tamaño de la mancha, que mide unos 170 kilómetros de largo por 70 de ancho.
Antes de proceder a prender los fuegos, se creará una enorme balsa de petróleo con una barrera resistente al fuego de unos 150 metros, y con ella se arrastrará el combustible mar adentro, lejos de la costa. Allí, se provocarán pequeños fuegos controlados, de una hora cada uno, aproximadamente, con lo que se espera eliminar varios miles de litros de crudo.
Las autoridades han afirmado que el fuego no afectará a zonas habitadas y se espera que no tenga impacto en la vida marina, especialmente en especies mamíferas y en la colonia de tortugas de mar.
Control sobre la contaminación
Si bien no se trata de una solución perfecta, el quemado del combustible sí reducirá el riesgo de que el petróleo llegue a la costa, lo que podría ocurrir el próximo fin de semana.
La agencia estadounidense de medioambiente mantendrá un control sobre la contaminación que se genera en el aire, y si sobrepasa los máximos niveles permitidos, ordenará que se apaguen los fuegos.
El desastre comenzó el pasado 20 de abril cuando se produjo una explosión en una plataforma petrolera. Según los responsables, la explosión pudo ser causada por una voladura tras un aumento inesperado de la presión de salida del petróleo. La plataforma se hundió dos días después.
Ahora, una de las preocupaciones principales es cerrar el pozo de extracción de crudo, porque de lo contrario, según ha dicho Mary Landry, "constituirá una de las peores mareas negras de la historia de EE.UU." Los directivos de British Petroleum intentan que vehículos robóticos submarinos puedan tapar el pozo.
Se trata de una tarea difícil porque los equipos principales se encuentran a unos 1.500 metros de profundidad en el suelo marino, algo impensable en la industria petrolera hace pocas décadas pero que hoy es posible por el avance tecnológico.
Más de 1.000 personas trabajan para minimizar los daños
En paralelo al quemado de una parte de la mancha, las autoridades seguirán con otros procedimientos que se han puesto en marcha, como el destilado de agua y la aplicación de productos de dispersión.
De momento, hay trabajando unas 1.100 personas, unos 50 barcos y varias aeronaves para atenuar los efectos de desastre. Por ahora, se han aplicado unos 215.000 litros de dispersantes y se han recogido cerca de un millón de litros de agua con petróleo.
Los estados vecinos a Luisiana, como Misisipi, Florida y Alabama, también van a instalar barreras protectoras en el agua para minimizar el daño que la mancha puede provocar en sus costas.
El gobierno del presidente Obama anunció este martes el lanzamiento de una investigación exhaustiva sobre las causas de la explosión, que causó heridas de gravedad a tres trabajadores y en la cual desaparecieron otros once.