Iñaki de Rentería seguía ligado a la línea dura en prisión y fue visitado por los abogados detenidos
- Quedó en libertad la semana pasada al cerrarse sus causas en España
- Según fuentes penitenciarias, defiende el mantenimiento de la violencia
El que fuera jefe de ETA, Ignacio Gracia Arregi, alias 'Iñaki de Rentería' -en libertad desde el pasado miércoles- seguía ligado a la 'línea dura' de la banda durante su estancia en prisión y llegó a recibir en la cárcel de Puerto I (Cádiz), donde permaneció un año y medio, las visitas del colectivo de abogados de la banda ('Halboka'), desarticulado el pasado mes, según han informado a Europa Press fuentes penitenciarias.
Estas fuentes han precisado que 'Iñaki de Rentería' era uno de los presos veteranos de ETA que se mantenía fiel y seguía las consignas de las tesis que defienden el mantenimiento de la violencia frente a la vía posibilista que representa Arnaldo Otegi y la 'Declaración de Alsasua'.
El posicionamiento de Gracia Arregi dentro de la banda explica su estancia en la cárcel de Puerto I durante los casi dos años de condena que cumplió en España por el delito de asociación de malhechores por el que previamente ya había cumplido en Francia otros ocho años.
Tras ser entregado por las autoridades galas en el año 2008, este terrorista pasó unos días en la cárcel madrileña de Soto del Real hasta que fue rápidamente trasladado a Cádiz.
Conexión con el sector más radical de la banda
"En el penal gaditano es donde se recluye a los presos de ETA más recalcitrantes", insisten estas fuentes a Europa Press para describir el perfil de Iñaki de Rentería, cuyo nombre además se mantenía en las listas del Colectivo de Presos de ETA (EPPK).
Otra prueba de su conexión con el sector más radical de la banda eran las visitas que recibía en prisión del grupo de abogados desarticulado el pasado 14 de abril y que estaba encabezado por Jon Emparanza y Arantza Zulueta, según las mismas fuentes.
Este colectivo, integrado dentro de la estructura orgánica de ETA bajo la denominación de 'Halboka', servía de enlace entre la dirección de la banda y sus presos, pero además facilitaba información sobre objetivos o gestionaba el cobro del impuesto revolucionario, entre otras funciones.
Seguimiento de los presos disidentes
Para su misión de dinamizar a los presos llegaron a elaborar una meticulosa lista de los cerca de 700 miembros que integran el EPPK en la que se especificaban los perfiles de cada uno en función de su adhesión a la banda. En esta lista se hacía incluso un seguimiento de los presos disidentes.
Este tipo de encuentros entre 'Iñaki de Rentería' y los encargados de ejercer como correa de transmisión de ETA en las cárceles cobran especial relevancia teniendo en cuenta que una parte de los casi 560 presos de ETA que cumplen condena en España se habían negado en las
últimas semanas a mantener encuentros y visitas de alguno de estos abogados del MLNV.
La razón era evitar recibir las consignas de estos letrados favorables a las tesis de la banda terrorista y contrarias a las conclusiones del debate interno de la izquierda 'abertzale' --esumidas en el documento Zutik Euskal Herri-- en las que se apuesta por un nuevo escenario en ausencia de violencia, según fuentes penitenciarias.