Los ministros de Transporte de la UE impulsan el Cielo Único Europeo

• Es fundamental crear redes paneuropeas de transporte terrestre
• Los titulares de transporte contrarios a dar ayudas a las aerolíneas

El colapso aéreo que se produjo a mediados de abril por la nube volcánica procedente de Islandia no debe volver a producirse. Es necesario que prime la seguridad, pero también "el derecho de los ciudadanos" a moverse libremente por Europa. Por eso lo ministros de Transporte, reunidos en Bruselas, han decidido pisar el acelerador en relación con el Cielo Único Europeo y han aprobado una serie de medidas que contemplan la creación de un gestor europeo que controle el espacio aéreo.

Prima la seguridad

Según ha explicado el Comisario Siim Kallas, "no tendrá competencias supranacionales", pero servirá para coordinar la toma de decisiones con el apoyo de los Estados cuando se presente una emergencia.

Además se va a presentar un programa de actuación en el que se fijarán los objetivos de cada Estado en materia de seguridad aérea, combinándolo también con el medio ambiente y el impacto económico que puedan tener las distintas medidas adoptadas en las compañías.

Todo ello, ha dicho el titular español, José Blanco, sin menospreciar "la seguridad" de los pasajeros, que debe primar en todo momento.

En cuanto a la nube volcánica que este martes ha obligado a cerrar el espacio aéreo de Irlanda durante unas horas, Blanco ha destacado que se está "en coordinación" con las autoridades irlandesas, y que se aplica el mismo protocolo adoptado hace unas semanas por el que se establecen tres zona de vuelo en la zona de influencia de las cenizas.

Ayudas a las aerolíneas

No se han mostrado tan contundentes a la hora de ayudar a las compañías aéreas. La Comisión calcula que perdieron entre 1.500 y 2.500 millones de euros, por lo que ha propuesto que los Estados puedan conceder subvenciones estatales, o el aplazamiento de las tasas aeroportuaria.

Una idea que "no ha sido bien acogida" por el Consejo, según ha dicho Kallas, quien reconoce que en estos momentos "no hay dinero" en ningún Estado como para crear grandes ayudas.

Según fuentes diplomáticas citadas por Reuters, Finlandia, Suecia, Austria Bélgica y Rumanía han dicho estar contra esta idea y que tienen temores a que se pueda perjudicar la igualdad en el mercado.