Españoles en Bruselas: "Trabajar aquí te acerca más al hombre"
- Tienen familias internacionales, trabajan en la UE, y no se plantean volver a España
- La mezcla de nacionalidades es la grandeza del proyecto europeo
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Si alguna ciudad representa a Europa, esa es Bruselas. Allí se encuentra la capital de los 27, donde están la mayor parte de las instituciones europeas. En ellas trabajan 30.000 funcionarios, de los que muchos de ellos son españoles.
Algunos llegan allí por el hecho de conseguir una carrera en una institución que te permite estar en el "frente de batalla", otros, en cambio, lo hacen porque consideran que es "el lugar en el que se pueden resolver los problemas en el mundo". Ese es, precisamente, el caso de Guillermo Dávila, consejero del Director General de Eurostat.
También el de Eva Valle, experta en Relaciones Internacionales de la Dirección General de Competencia, quien además destaca la riqueza que te da trabajar junto a personas de otras 26 nacionalidades diferentes. Es algo, dice, que te "hace reflexionar" sobre las cosas, ya que cada uno tiene su punto de vista.
Familias internacionales
Algo que ambos intentan transmitir a sus hijos. Ella está casada con un inglés de origen indio, y el economista con una belga. Una mezcolanza de culturas que reconocen no es fácil ya que "no cuentan con un referente nacional muy claro".
Sin embargo, Guillermo cree que eso servirá para que vean "con naturalidad la diversidad", y podrán moverse "en distintos escenarios con total flexibilidad", añade Eva.
Los dos viven en Bruselas desde hace 18 y 12 años respectivamente, y no cambiarían de trabajo, ni de ciudad, bajo ningún concepto. En el caso de Eva, porque le "encanta trabajar con un jefe holandés, un director general inglés" y salir a tomar cervezas con sus amigos alemanes.
Una mezcla de culturas que apasiona al economista de Eurostat, que además tiene allí "su proyecto de vida", aunque España es "como mi madre".
Acercarse a la gente
De hecho, ambos han estado en Madrid para volver al colegio. Lo han hecho bajo la iniciativa "Back to School" de la Comisión Europea, para acercar a los más jóvenes el proyecto europeo.
Guillermo explica que hay que conseguir que "sienta Europa", que cuando tengan un problema "todos se vuelvan" a mirar hacia Bruselas para ver qué puede hacer por ellos.
Algo que ya empieza a ocurrir, y que demuestra "el éxito de la integración" europea.
¿Qué es Europa?
Sobre todo, dice Eva, porque estamos ante un "proyecto de futuro, una comunidad de valores y principios diferentes".
Y todo ello se debe a que en la realidad hay "una interdependencia y unos desafíos enormes, que sólo se pueden solventar a nivel europeo".
Algo a lo que contribuye esa riqueza de nacionalidades que hay en las distintas instituciones europeas, que mantienen el criterio de cuotas en función del género y el país de origen. Algo por lo que en muchas ocasiones se ha criticado a Bruselas, pues provoca múltiples luchas de poder que llegan a ralentizar su funcionamiento.
Trabajar en Bruselas compensa
Puesto el capote encima de la mesa, ambos niegan la mayor. Aseguran que "esa es la base de la legitimidad democrática de Europa". El hecho de que "todos puedan contribuir vengan de donde vengan", dice Guillermo, es básico para que nadie se sienta excluido.
Y Eva va un paso más allá: "cuando la Comisión legisla, es bueno que alguien te diga que esa normativa puede provocar un cierto malestar en su país", y de ese modo, buscar la mejor solución posible.
Eso sí, la experta en Relaciones Internacional echa en falta una mayor presencia femenina en los altos cargos de la Unión Europea. Reconoce el esfuerzo que ha hecho Durao Barroso en la última Comisión "al exigir que hubiera mujeres", pero no es suficiente, dice.
Ambos reconocen que tienen días mejores y peores, pero reconocen que cuando llegas a la Unión Europea y conoces cuál es su funcionamiento y la gente que está allí, "descubres que vuelves a acercarte mucho más al hombre".