Polluelos de águila imperial incubados artificialmente en Andalucía

• Ya han nacido ocho ejemplares tras haberse incubado el huevo artificialmente
• Los huevos son rescatados en situaciones de riesgo en la naturaleza
• Todas los polluelos incubados han sido reintroducidos en su hábitat natural

Un pollo de águila imperial momentos después de eclosionar del huevo.

Efectividad máxima

De los ocho huevos rescatados por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, los ocho han salido adelante y, hasta el momento, todos han sido reintroducidos en su hábitat natural después de haber sido incubados artificialmente. El Centro de cría de San Jerónimo tiene un índice de efectividad del 100% y, además, han conseguido reducir en más de 20 puntos la mortalidad de esta especie, las rapaces más amenazadas del continente europeo.

El Centro de cría en cautividad de águilas imperiales en San Jerónimo, Sevilla, ha conseguido el nacimiento de un nuevo ejemplar de esta especie, considerada como las rapaces más amenazadas del continente europeo.

Hasta ahora ya ha nacido ocho polluelos cuyos huevos han sido incubados artificialmente por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Según han declarado fuentes de la Consejería a RTVE.es, es "el primer huevo que se ha rescatado en lo que va de año y el primero que nace".

El huevo fue recuperado la semana pasada tras quedar abandonado en un nido de águila imperial del Espacio Natural de Doñana. El nido estaba construido en lo alto de un eucalipto, a unos 25 metros de altura, lo que dificultó su rescate.

Tras ser depositado en una incubadora artificial de las dependencias del Centro de San Jerónimo el huevo ha eclosionado este fin de semana, y se ha convertido en el octavo polluelo que nace en estas instalaciones en los último cuatro años.

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía impulsó a comienzos de esta década varias actuaciones para frenar la mortalidad de esta

emblemática rapaz española, entre ellas, el rescate de huevos abandonados en nidos y su posterior incubación y cría artificiales.

Como reconocen estas fuentes "todos los huevos incubados proceden de situaciones de riesgo en la naturaleza, por lo que se terminan de incubar artificialmente". Existen riesgos de caída, abandono, pero hasta ahora, "todos los pollos han roto el cascarón por sus propios medios, han salido adelante y han sido reintroducidos en la naturaleza".

Reducción de la mortalidad de la especie

Los siete huevos anteriores han servido para reforzar la exigua población de águilas imperiales en Andalucía, y en la comarca gaditana de La Janda, donde se pretende reintroducir esta especie.

Además del rescate de huevos en situaciones peligrosas, los técnicos también han rescatado pollos en riesgo de morir por derrumbe de nidos, abandono de los padres o muerte por parte del hermano más fuerte (cainismo), un comportamiento que se produce en esta especie.

 El Centro de San Jerónimo cuenta con trece jaulas, laboratorios, salas de incubación y sistemas de monitorización por televisión. Como ha reconocido el director general de Gestión del MedioNatural de la Junta de Andalucía, Javier Madrid, "es único en su género en España, y no sólo ha logrado salvar ocho huevos de águila imperial, si no recuperar otros 11 ejemplares de esta especie heridos o enfermos".

El año pasado se rescataron once pollos de águila imperial en peligro de muerte que fueron devueltos posteriormente a la naturaleza para reforzar la población silvestre, donde habitan, según el último censo (2009), sesenta parejas.

Entre los ejemplares rescatados se encontraba un pollo que fue extraído de un nido parcialmente caído de la provincia de Córdoba, en el que el animal se sujetaba en los restos que quedaron sobre el árbol, u otro rescatado en Jaén de una puesta excepcional de cuatro pollos y que presentaba un severo retraso frente a sus hermanos. Otras causas de recogida son las caídas del nido, enfermedad o circunstancias similares.

La mortalidad de águilas imperiales ibéricas en el medio natural está estimada entre el 20 y el 30%. Las actuaciones de la Consejería han reducido a menos de la mitad la mortalidad de los pollos de águila imperial ibérica, dejándola en el 8,5%.