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El Pompidou de París se descentraliza e instala en Metz un Centro hermano

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El edificio que alberga el nuevo museo de arte contemporáneo de la ciudad industrial de Metz, Francia
El edificio que alberga el nuevo museo de arte contemporáneo de la ciudad industrial de Metz, Francia

El Centro Pompidou-Metz, la primera gran institución cultural francesa descentralizada, fue inaugurado hoy por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en esta ciudad del noreste del país que aspira a convertirse en un punto neurálgico del arte contemporáneo europeo.

El Pompidou-Metz, situado en esta localidad francesa que es puerta de entrada a Luxemburgo, Alemania y Bélgica, podrá apoyarse en el Centro Pompidou de París y en su colección de arte moderno y contemporáneo considerada la más importante de Europa.

"Es una pequeña revolución a la francesa, es la primera vez que el Centro Pompidou de París da lo mejor de su colección para tenerlo fuera de la capital", explicó el director del nuevo museo, Laurent Le Bon, eufórico ante la apertura del Pompidou-Metz.

Una exposición de lujo para la inauguración

La exposición inaugural "Chefs- d'ouvre?", reflexión singular sobre el concepto de las obras maestras, estrena el asombroso edificio creado por los arquitectos Shigeru Ban y Jean de Gastines, que es en sí uno de los grandes alicientes que Metz ofrece a partir de ahora al público.

"Hemos querido mostrar que el concepto de obra maestra es una noción relativa", destacó Le Bon, quien dijo haber querido ahondar y cuestionar el "misterio de la creación" de estas grandes obras.

El museo -que para esta muestra inaugural cuenta con 800 piezas, de ellas 700 procedentes del Pompidou de París- aprovecha al máximo las oportunidades que le brinda la espectacular construcción, de planta hexagonal y cuyo tejado ondulado de madera sostiene una membrana textil translúcida que aúna belleza y eficacia.

"Chefs-d'oeuvre", que se verá hasta el próximo 25 de octubre, ocupa los 5.000 metros cuadrados útiles destinados a exposiciones, repartidos en tres plantas, cada una dedicada a una temática relacionada con el tema de la exhibición.

De Hitchcock y Tarantino a Picasso

En la planta baja, un sorprendente y enorme espejo colocado en el techo refleja las 17 salas en las que se retrata la evolución del concepto de obra maestra a lo largo de los siglos, con el objetivo de hacer reflexionar al público sobre su naturaleza.

"Historias de obras maestras", en la primera galería, alterna creaciones en distintos soportes - además de esculturas y pinturas se pueden observar fragmentos de películas de Alfred Hitchcock o Quentin Tarantino- y redescubre movimientos poco conocidos del siglo XX, así como corrientes como el fauvismo o el cubismo.

La segunda galería presenta un doble recorrido, por un lado un espacio en el que se rinde homenaje a los lugares de exposición de arte moderno en Francia desde 1937, con maquetas de edificios como el "quai de Branly" de París, la Fundación Luis Vuitton, cuya estructura diseñó Franck Gehry, o el MuCEM de Marsella.

El otro recorrido de esta segunda planta muestra por orden cronológico grandes obras -por supuesto, maestras- de artistas tan reconocidos como Alberto Giacometti, Yves Klein, Pablo Picasso, Vassily Kandisnky o Fernand Léger.

Una selección de "lo mejor del Pompidou de París", subrayó Le Bon.

Una arquitectura innovardora

En la tercera galería, el arte, la arquitectura y el urbanismo se entremezclan y mediante un efecto óptico colocan al espectador en el interior de un enorme mirador desde el que ve cómo la catedral de Metz se va empequeñeciendo a medida que avanza hacia ella.

Los tres miradores-galería del Pompidou-Metz ofrecen vistas de lugares emblemáticos de la capital de la región de la Lorena, y son una de las características principales de la construcción ideada por el japonés Shigeru Ban y el francés Jean de Gastines.

Una flecha que surge del tejado y se alza 77 metros hacia el cielo, rinde homenaje al "hermanado" Centro Pompidou de París, inaugurado en 1977, y cuya innovadora arquitectura rompió moldes.

Con la descentralización del Pompidou, Metz, ciudad de 130.000 habitantes, se postula como una de las capitales europeas del arte contemporáneo, un camino seguido bajo la senda del éxito del Museo Guggenheim de Bilbao.

Según Le Bon, el Pompidou-Metz se sitúa cerca del modelo del museo bilbaíno, pero no para copiarlo sino para crear su propia historia.