Los inesperados problemas colaterales de actualización de la PS3
- La nueva actualización es casi obligatoria
- Los usuarios ya no pueden instalar otros sistemas operativos
- La Fuerza Aérea norteamericana compró miles de unidades para investigación
- Ahora, dejarían de funcionar para estos otros usos
A principios de abril Sony actualizó sus consolas PS3 con una nueva versión del firmware. Entre las modificaciones incluidas había una -que era la principal razón del cambio- que resultó relevante y causó un enorme revuelo: la desactivación de la opción Instalar otro sistema operativo.
Esto había permitido hasta el momento a los usuarios instalar otros sistemas, como Linux, en una segunda partición del disco, para poder usar otros programas y aprovechar la consola para diversos usos, a cual más ingenioso.
Pero el firmware versión 3.21, que es como se llama esta actualización, no sólo dejó huérfanos a los linuxeros, sino que además causó otros inesperados problemas a gente que había comprado la consola pensando en otros usos más que en jugar.
Las razones que Sony adujo para el cambio eran principalmente "motivos de seguridad"; no actualizarse suponía además dejar de poder acceder a la Playstation Network, la red en la que se puede participar con otros jugadores, entre otras cosas.
El problema además es que si una máquina se estropea y se envía a reparar, Sony la devuelve arreglada pero con el software actualizado.
Algunos usuarios indignados incluso se plantearon denunciar a Sony por incumplimiento de contrato y publicidad engañosa, dado que en los anuncios de la PS3 se indicaba claramente que la consola permitía instalar otros sistemas operativos con la opción, algo que ya no es posible.
Era como comprarte un coche con cinco puertas sólo para descubrir que en la primera revisión obligatoria en el taller le quitan las dos puertas traseras.
“Entre los afectados, centros de investigación que usan la PS3 como máquina de computación“
Entre los afectados por los daños colaterales de esta actualización de Sony se encuentran entidades tales como universidades y centros de investigación, donde se usa la PS3 como potente máquina de computación.
Los procesadores que incorporan las PS3 y otras modernas videoconsolas, especialmente en su parte gráfica, son tan potentes que si pueden ser programados, instalando software especial sobre Linux, son una alternativa barata y potente trabajando como clusters de computación.
Se han utilizado para crear máquinas de simulación, descifrar códigos secretos y realizar trabajos de computación en grupo conectando equipos de todo el mundo.
Hasta la propia Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que había comprado 2.200 unidades de la PS3 se ha quedado con un palmo de narices tras la noticia.
Originalmente planeaban utilizar las PS3 para crear una supercomputadora en la que investigar sobre la composición de imágenes en alta resolución y cómo procesarlas, posibles aplicaciones para los radares o el procesamiento de vídeo.
Ahora no está claro qué sucederá con esos equipos, pues pueden mantenerlos sin actualizar (pero si se rompen tal vez no vuelvan a poder utilizarse), si cambiarán de idea o si recibirán un trato especial por parte del fabricante.