La cobra escupidora predice los movimientos de su agresor para expulsar con precisión su veneno
- Las cobras escupidoras se defienden rociando veneno a los ojos
- Analizan el movimiento de sus víctimas y predicen dónde estarán
La cobra es característica porque 'aplasta' su cabeza cuando están en alerta. Eleva el cuello y ataca inyectando veneno a través de sus colmillos. Pero hay algunas especies que en lugar de morder escupen. Son las cobras escupidoras, que se defienden rociando veneno en los ojos de su agresor. Un estudio revela que estas escupiduras son muy precisas ya que las serpientes dirigen el veneno analizando el movimiento de sus víctimas y prediciendo dónde estarán a continuación.
El estudio se publica en último número de Journal of Experimental Biology y ha estado dirijido por Bruce Young, de la Universidad de Massachusetts.
Young explica los colmillos de la cobra están fijos y no pueden cambiar el tamaño del orificio del veneno, "por lo que la dinámica de fluidos elemental nos conduce a pensar que el patrón del fluido debería ser fijo", explica Young. Pero las serpientes "contonean" la cabeza justo antes de expulsar el veneno. "La pregunta es cómo son capaces de reconciliar esas dos cosas", afirma el científico en declaraciones recogidas por el SINC.
El investigador trabajó con cobras escupidoras y para averiguar como afinan su chorro de veneno provocó él mismo a las serpientes e hizo de 'víctima'.
“El equipo grababa los movimientos de la cobra a 500 fotogramas por segundo“
Young llevaba un visor equipado con acelerómetros para realizar un seguimiento de los movimientos de su cabeza mientras los otros dos científicos grababan los movimientos de la cobra a 500 fotogramas por segundo.
Durante las seis semanas siguientes, el equipo grabó unas 100 veces cómo las cobras escupían.
Los científicos descubrieron que 200 milisegundos antes de que la serpiente escupiera, Young hacía un movimiento brusco con la cabeza. Ese movimiento era el desencadenante de la expulsión del veneno, por lo que el equipo llegó a la conclusión de que la serpiente seguía los movimientos de Young y tardaba 200 ms en reaccionar y expulsar el veneno.
“Predicen dónde voy a estar y entonces escupen el veneno en esa zona“
Sin embargo, el científico seguía moviéndose después de provocar a la serpiente. El equipó comparó todos los movimientos de cabeza de las serpientes y observó que las cobras se movían de una forma similar a sus víctimas. Movían la cabeza de la misma forma que los ojos de Young. "No solo se precipitan, sino que también predicen dónde voy a estar y entonces expulsan el veneno en esa zona", destaca el experto.
Los investigadores concluyen que las cobras escupidoras primero se defienden siguiendo el movimiento de su agresor. Sin embargo, en el momento de la provocación que desencadena la expulsión del veneo, el reptil predice dónde estarán los ojos de su atacante en los próximos 200 ms y apunta allí donde está segura de que alcanzará su objetivo.