Salgado detalla al Eurogrupo la batería de recortes para acelerar la reducción del déficit español

• La vicepresidenta explica las medidas a sus homólogos de la Eurozona
• El martes las analizará el Ecofin, bajo la presidencia de España

La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado.

La ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, presentará este lunes a sus homólogos de la Zona euro (Eurogrupo) las medidas de ajuste fiscal adicional definidas esta semana por el Gobierno, y que fueron exigidas por los principales socios europeos como condición para aprobar el plan de blindaje del euro el pasado 9 de mayo.

Salgado ya adelantó el pasado domingo el anuncio de un ahorro adicional de 15.000 millones de euros entre 2010 y 2011, antes de que comenzara la reunión extraordinaria del Consejo de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) en Bruselas, pero no detalló las medidas en espera de que lo hiciera el presidente del Gobierno ante el Parlamento.

Temor a que no sean suficientes

Durante el posterior debate del Ecofin, varias delegaciones -Alemania, Holanda y Suecia, entre ellas- insistieron en mayores recortes, de hasta 30.000 millones, para hacer creíble el histórico plan de estabilización financiera de la Eurozona aprobado por los Veintisiete.

A cambio de un mecanismo de rescate contundente, de hasta 750.000 millones de euros, para los Estados del euro que pudieran caer en peligro de insolvencia -como le ha sucedido ya a Grecia-, los socios y las instituciones europeas -especialmente el Banco Central Europeo- exigieron a los Estados más expuestos -Portugal y España, entre otros- la reducción drástica y rápida de sus déficit.

Un 3% de déficit en 2013

Con el nuevo ajuste, España pretende recortar el déficit público desde el 11,2% del PIB con que cerró 2009 hasta el 9,3% en 2010, y reducirlo hasta el 6% en 2011, para poder situarlo en 2013 por debajo del límite del 3% marcado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Para ello, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso el miércoles en el Parlamento una batería de medidas entre las que destacan la reducción de la inversión pública, la congelación de las pensiones, la supresión del cheque-bebé y una rebaja media del 5% en los sueldos de los empleados públicos, un paso que se toma por primera vez en la historia de la democracia española.

Cautela en las instituciones

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, dio la bienvenida ese mismo día al anuncio de las medidas, que "parecen ir en la buena dirección", según dijo, pero se reservó su opinión definitiva hasta este lunes, cuando conocerá todos los detalles.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también saludó el anuncio por boca de su director del Departamento Europeo, Marek Belka, aunque también insinuó que es pronto para aventurar si harán falta recortes adicionales.

Por su parte, Portugal aprobó el jueves una reducción generalizada del gasto público, un recorte del 5% de los salarios de los altos cargos y un aumento del IVA desde el 20% al 21% para ahorrar 2.100 millones de euros y reducir el déficit público al 7% del PIB este año, por debajo del 8,3% previsto inicialmente por el Ejecutivo luso.

Nervios en las bolsas

Desde el anuncio del plan de estabilización para la Zona euro y las compras de bonos de países europeos periféricos por parte del BCE, se ha impuesto cierta calma en el mercado de la deuda, pero no en el resto de los mercados financieros.

Las bolsas europeas, especialmente la de Madrid, volvieron a registrar el viernes grandes pérdidas, esta vez por el temor a que el ya bautizado como  tijeretazo precipite a España de nuevo en la recesión, después de que en el primer trimestre de este año el crecimiento volviera a ser positivo (+0,1%). También el euro se hundió frente al dólar en los mercados de divisas, cambiándose el viernes a 1,24 dólares.

Después de la reunión del Eurogrupo este lunes, España y Portugal volverán a presentar sus cuentas el martes al Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin), en el que participan también los países que no forman parte del euro.