Tavernier no entusiasma a la crítica con 'La princesa de Montpensier'
- El cineasta francés ha presentado La princesa de Montpensier
- La crítica no ha visto con buenos ojos el filme
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El cineasta francés Bertrand Tavernier no entusiasmó hoy en Cannes con La princesse de Montpensier, una historia de capa y espada, protagonizada por la estrella en alza Mélanie Thierry, con poca profundidad, acción banal, guerras de religiones y, sobre todo, celos.
Una historia de amor con el ruido de fondo del enfrentamiento entre hugonotes y católicos en el siglo XVI que tanto juego ha dado al cine francés.
Y ha sido precisamente todo lo que rodea a la historia de amor lo que atrajo la atención de Tavernier que ha llevado a la gran pantalla un texto del siglo XVII de Madame Lafayette readaptado a la historia del XVI.
"Yo hago las películas para aprender, para descubrir cosas", explicó hoy el veterano realizador (Lyon, 1941) en la rueda de prensa de presentación del filme, que compite por la Palma de Oro en esta 63 edición del Festival de Cannes.
Le gustó que fuera una historia de amor entre personajes jóvenes, pero "tremendamente complejos" y, especialmente, "todo lo que había alrededor, que era muy excitante", explicó Tavernier, rodeado de los actores más jóvenes del film.
Mélanie Thierry -ganadora este año del César a la mejor actriz revelación por Le dernier pour la route- como la princesa que da título al filme; Gaspar Ulliel -el duque de Guisa y su amor imposible-; Grégoire Leprince-Ringuet -su marido, el príncipe-, y Raphaël Personnaz -el duque de Anjou-.
Tavernier, detrás de la cámara, es responsable de obras como Que la fête commence... (1975), Une semaine de vacances (1980), Un domingo en el campo (1984) -por la que ganó el premio al mejor director en Cannes-, La vida y nada más (1989) o Hoy comienza todo (1999).
Se esperaba más de Tavernier en esta edición de Cannes a pesar de que el hecho de traer una película de época no era la mejor carta de presentación.
Y parece que los augurios más pesimistas se cumplieron. A pesar de la excelente factura, de contar con un ramillete de los más prometedores actores jóvenes franceses -más la veteranía de Lambert Wilson- y de una historia interesante, el resultado está muy por debajo de lo que el cineasta francés puede hacer.
Meg Ryan y la reina Noor, unidas en contra de las armas nucleares
La actriz Meg Ryan y la reina Noor de Jordania se unieron hoy en Cannes para elevar sus voces en contra de la proliferación de armas nucleares y para apoyar el documental Countdown to zero, sobre los peligros de la nuclearización.
Ryan y la reina Noor participaron junto a la ex espía de la CIA Valerie Plame y la ex primera ministra noruega y enviada especial de la ONU para el Cambio Climático, Gro Harlem Brundtland, en la presentación en el Festival de Cannes -en la sección de sesiones especiales- de ese documental, dirigido por la británica Lucy Walker.
Un documental ya presentado hace unos días por el actor Michael Douglas en la ONU, de la mano de su secretario general, Ban Ki-moon, y que resalta la amenaza nuclear existente, además de subrayar la responsabilidad y el papel de los medios en este debate.
La reina Noor, fundadora del movimiento Global cero, que tiene por objetivo eliminar los arsenales nucleares, destacó en la rueda de prensa que el documental debe ser visto "en todo el mundo", especialmente "en los países donde las poblaciones han mostrado que están a favor de la eliminación de las armas nucleares".
Con un "pequeño papel de asesora" para ofrecer una "perspectiva mundial" al proyecto, la reina señaló que se trata de una "verdad que molesta" pero que debe estar presente e instó a las poblaciones de los diferentes países a protestar contra los líderes políticos que siguen en la carrera nuclear.
"Yo juego todo papel que me parece posible para hacer avanzar nuestros objetivos comunes que comparten millones de personas y muchos líderes políticos", dijo la reina, antes de recordar que hay países que han anulado sus programas nucleares en los últimos diez años.
Un pequeño filme de Chad en Cannes
Un homme qui crie es un pequeño filme cuyo principal interés está en que viene de un país como Chad y en que muestra las dificultades de una población permanentemente amenazada por la guerra pero que se queda en poco para un festival tan grande como es Cannes.
Dirigido por Mahmat-Saleh Haroun, es el primer filme del África negra en competición en Cannes desde hace 13 años y cuenta la historia de un hombre, Adam, antiguo campeón de natación, que trabaja como vigilante de una piscina, un hecho en torno al cual gira toda su vida.
Rodada en francés y árabe chadiano, muestra de telón de fondo la guerra recurrente de un país en el que la población convive con una situación de violencia "que está ahí" y a la que no se puede escapar, como explicó hoy Haroun en la rueda de prensa de presentación del filme.
"La semana pasada hubo ataques rebeldes" y para poder hacer cine hay que "incluir esa violencia como un elemento más del filme".
Una violencia apenas esbozada en una película realista pero que evita mostrar los aspectos más duros de lo que pasa en Chad y que se repite en gran parte de África.
"Que sea en Chad, Camerún o Congo, el problema es el mismo", explicó el protagonista del filme, Youssouf Djaoro, quien explicó que ante la imposibilidad de parar esa espiral de violencia, la población se dirige a Dios.
Michael Haneke, comendador de las ciencias y las letras
El Gobierno francés nombró hoy comendador de la Orden de las Ciencias y las Letras al cineasta austríaco Michael Haneke, ganador de la Palma de Oro con Dass weisse Band en el pasado Festival de Cannes.
El ministro francés de la Cultura, Frédéric Mitterrand, entregó esta distinción a Haneke en el Palacio de Festivales de la ciudad francesa, donde se celebra hasta el 23 de mayo la edición de este año, y alabó el trabajo de "anatomía de la violencia" que hace Haneke en su obra.
En un acto en el que estuvieron presentes, además, la actriz Juliette Binoche, la cineasta Agnès Varda, el director del Festival, Thierry Fremaux, y el "padre" de este evento cinematográfico, Gilles Jacob, el ministro afirmó que los filmes de Haneke son un verdadero "campo de batalla".
"Cuando se piensa en usted y en sus filmes, se siente lo mismo", consideró el ministro, quien dijo que ese campo de batalla está en el cine de Haneke, y que "la violencia y el mal están en el arte de su universo".
Pero afirmó que el realizador austríaco ha sabido tomar "la justa distancia" frente a la violencia de filmes que, como La pianista, contienen escenas que han quedado en la memoria de los espectadores, protagonizadas en este caso por la francesa Isabelle Huppert.