Enlaces accesibilidad

'Biutiful': Alejandro González Iñárritu y Javier Bardem huelen a oro en Cannes

  • Alejandro González Iñárritu presenta su primera película sin Arriaga
  • Javier Bardem lleva a cabo la mejor interpretación de su carrera
  • TVE participa en una película con la miseria en Barcelona de fondo

Ver también: Especial Festival de Cannes 2010 | Javier Tolentino en Cannes

Por
Alejandro González Iñárritu y Javier Bardem presentan 'Biutiful' en Cannes

Había muchas dudas con la primera película en solitario de Alejandro González Iñárritu, Biutiful.

Después del primer pase en Cannes, proyección siempre de alto riesgo porque se exhibe en presencia de toda la prensa y la crítica internacional acreditada hay que decir que el director mexicano, su cine,  no está prisionero de su colega anterior, el guionista y también realizador Guillermo Arriaga, que ha elaborado Iñárritu una historia perra, dura, inapelable y quizá relacionada con las narrativas del momento, con las escrituras cinematográficas de hoy.

Contiene Biutiful un fascinante guión, puntilloso, detallista, preciso, abierto pero sobre todo apunta, ya sin las ambiguedades de Babel, a la derrota del sistema actual, un sistema que esconde en los bajos fondos de todas las ciudades del mundo las miserias, las injusticias, el abandono y la muerte.

Javier Bardem consigue la mejor interpretación de su vida como Uxbal

Si González Iñárritu ha escrito un poderoso guión también tiene a un poderoso brazo ejecutor en la figura del actor Javier Bardem que para este cronista consigue realmente la mejor interpretación de su vida y no es necesario recordar que el actor español tiene trabajos y premios (incluido el Oscar) muy importantes.

Pero es en el personaje de un padre derrotado, abrazado a sus hijos y relacionado con las economías sumergidas en la periferia maldita de Barcelona el trabajo d-e-f-i-n-i-t-i-v-o.

Javier Bardem vuela tan alto en esta película que -aunque falta toda la semana de cine- mucho bueno y excelente tendríamos que ver para que le arranquen el premio al mejor actor en Cannes. Pero bueno, cosas más difíciles hemos visto.

Yo no he sido precisamente alguien que se haya cargado de adjetivos para calificar a Bardem en sus trabajos anteriores pero este personaje atrapa al espectador por la temperatura, por el desamparo, por lo injusto del escaparate occidental, porque transmite verdad en uno y cada uno de los instantes de este sueño por quizá algún día ver la nieve.

Un Barcelona muy poco Vicky Cristina

Qué imagen tan diferente la que ofrece de Barcelona Iñárritu a la que aquí mostró Woody Allen, no hay restaurantes pijos, ni jardines nocturnos donde la burguesía selecciona los mejores restauradores del mundo, no hay diseño arquitectónico ni tampoco amores a la luz de la luna, no tiene música y nos muestra una Barcelona tan real como la de Sarriá o la Barcelona de Gaudí.

Barrios y periferias, túneles del miedo, callejones donde los policías pillan y los parias del mundo mueren en los trabajos basura, cosiendo y elaborando piezas para los escaparates del consumo.

Pero la belleza, la intensidad y la poesía de este filme está en el personaje de Bardem.

Si hay algo por lo que merece la pena quizá tirar es por la verdad amorosa, y el amor no es patrimonio de los espacios del deseo, parafraseando a Godard el cine se manifiesta no sólo en el cine, el amor no se expresa únicamente en relaciones amorosas sino en entregas amorosas y Javier Bardem sabe mostrar de qué lado está su personaje, no está con los delincuentes porque no son los del top manta los que delinquen.

Quizá su personaje recoge lo que sin duda fue una mala siembra, pero es difícil que crezcan tulipanes en los espacios y en las cloacas del sistema.