¿Dónde quedó el Ken Loach de 'Agenda oculta'?
- Estrepitoso fracaso de Route Irish, la última cinta del tándem Loach-Laverty
- La película sobre Irak tiene un guión inocente y unas actuaciones excesivas
Ver también: Especial Festival de Cannes 2010 | Javier Tolentino en Cannes
A última hora, casi por sorpresa y en medio de un día denso y lleno de propuestas hemos visto Route Irish, el último trabajo de Ken Loach y Paul Laverty, que será presentado el viernes en la sección oficial y a competición en este Festival de cine de Cannes.
Hace un cameo la actriz española Najwa Nimri y está protagonizada por Mark Womack y Andrea Lowe. Y la historia, aunque me duela decirlo, me suena a mil veces vista sea en western, tragedia o cine social.
Un amigo de la infancia muere en extrañas circunstancias en la carretera maldita (Route Irish) que une el aeropuerto de Bagdad con la ciudad (dicen que es la carretera más peligrosa del mundo en esos momentos, 2007), y este amigo lleva la investigación y la venganza hasta la últimas consecuencias, él sólo contra el mundo y, por si faltara poco amigo Laverty, la esposa enamorada de los dos amigos y no desvelaremos el final para no fastidiar más de lo que me ha fastidiado la película.
Esperaba bastante más en un tema, la guerra de Irak, del que muchos ciudadanos y aficionados a los cines británico y español deseábamos ver de Laverty y de Loach. Pero pinchazo.
Y a uno le duelen las tripas tener que apartar la emoción y las ideas que compartimos con Ken para reconocer que esta Route Irish no está a la altura de uno de los grandes del cine europeo, autor de una de las películas más importantes precisamente del género al que ha regresado (Agenda oculta), el cine de investigación, el cine de los bajos fondos de Ejército, compañías de seguridad privada, complicidad del estado de derecho y, en definitiva, un cine con el que hace algunos años conocimos a este cineasta británico tan interesante como necesario (y mira que odio cinematográficamente este término).
Pero no, viejo amigo, lo primero es contar lo que vemos tal y como miramos, con la ilusión por ver siempre una buena película y, lamentablemente, ésta de Loach-Laverty es completamente fallida.
El guión es tan inocente y tan manido que casi nos insulta, los actores británicos que siempre están a la altura de las circunstancias en este caso están todos excesivos, gritones, y cada uno hace la guerra por su cuenta y si faltara poco el cameo de Paul con el fútbol comienza ya a ser un impuesto o firma del guionista que no hace ninguna gracia, sobre todo metido con calzador en una película de los servicios secretos.
Todos 'pagarán el pato'
“No deberían haber metido esta película de Ken Loach a última hora“
No deberían haber metido esta película de Ken Loach a última hora, quizá la buena decisión era la que inicialmente se había tomado y es que la película no gustaba a Cannes pero en ese un darle la vuelta, sobre todo por lo que significa Ken Loach, se volvió a recuperar y todos hemos perdido.
Ken Loach y Paul Laverty porque va a ser juzgada severamente ya que se trata de una película a competición en la madre de todos los festivales, Cannes porque saben que no siempre funcionan los autores recuperados en segunda vuelta, y todos porque hemos perdido el tiempo, precisamente un día que no podíamos (Carlos, de Olivier Assayas, dura exactamente 5 horas y 33 minutos y Poetry, de Lee Chang-dong, 2 horas y 19 minutos).
No sé qué dirán en rueda de prensa la pareja que nos ha deparado el mejor cine social europeo de los últimos años. Es posible que los periodistas esta vez sean indulgentes (no lo creo), y en todo caso lo que ya hemos dicho en otros momentos, una película es una película y aunque torpe, errada y fallida es una película. La obra y la filmografía de Ken Loach es muy grande, tan grande como que un grano no hace granero, pero nosotros debemos señalarlo.