Una brújula para moverse en los mercados financieros
- La crisis actual está revalorizando el asesoramiento financiero independiente
- En España hay 27 empresas autorizadas para realizar esta tarea
- No pueden estar vinculadas en exclusiva con ninguna entidad financiera
¿Voy a perder mi dinero en Bolsa por la caída de los mercados? ¿No voy a cobrar al vencimiento de mis letras del Tesoro debido a la delicada situación del Estado? ¿Qué hago con mis fondos o depósitos si suben los impuestos al capital? Éstas son algunas de las preguntas que se multiplican desde hace semanas en las empresas de asesoramiento financiero independiente, las bautizadas por sus siglas como Eafis.
Los inversores -sobre todo, los no profesionales, como familias, empresas y fundaciones- se muestran temerosos ante la incertidumbre que se vive en todos los mercados -desde los bursátiles a los de divisas, pasando por los de futuros o los de deuda pública- y la desconfianza que despiertan, desde que estalló la actual crisis, las entidades que crean y comercializan los productos financieros.
Ante ese panorama, las Eafis han visto revalorizarse su papel de asesoramiento independiente. "Esta crisis nos ha venido muy bien", reconoce David Cano, director general de Afinet Global EAFI, una de las 27 empresas de este tipo autorizadas, registradas y supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En palabras de Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Financieros Independientes, lo que ha sucedido es que "cuando todo va bien, el asesoramiento se minusvalora porque es fácil obtener beneficios", pero cuando el momento es complicado -como ahora-, esos consejos y ese conocimiento puestos a servicio del cliente "se revalorizan mucho".
Separar el trigo de la paja
El mundo de las finanzas, especialmente el de los productos financieros, es muy especializado y complejo. La labor de estos asesores independientes es "estar al día de lo que hay en el mercado para saber lo qué es mejor para cada uno de nuestros clientes", explica Casasús a RTVE.es. Se trata, añade este especialista, "de separar el trigo de la paja", aunque advierte: "Lo nuestro no es la capacidad adivinatoria ni la bola de cristal".
Esas consultas se han disparado en el actual contexto de crisis. "Es impresionante cómo se han multiplicado", señala David Cano. "Nos preguntan, sobre todo, si van a perder su dinero. Están preocupados por sus depósitos, por sus fondos de inversión, por la posibilidad de que se decrete un corralito, por una eventual subida de los impuestos al capital", enumera.
"El tema del mes es que va a haber un corralito", coincide Casasús, quien subraya que el momento actual es "muy delicado" porque, señala, "nunca antes se había radiado una crisis de esta manera, sobre todo, por toda la información que circula por Internet".
"Hay mucho ruido, se generan muchos titulares, muchas emociones; y ahí, nosotros debemos actuar un poco como psicólogos, debemos poner sensatez, atemperar las emociones", expone el director general de Abante Asesores.
En época de bonanza, cuentan los especialistas, se tiende a minusvalorar los riesgos reales y se impone cierta "avaricia", pero en la actualidad ocurre lo contrario.
"Hoy toca esto, pero hasta hace dos días, la gente compraba casas como chocolatinas, las habían revendido antes incluso de que empezaran a construirse. O se volcaban en los huertos solares, que luego se ha visto que también tenían sus riesgos. Por eso, nuestra labor es poner sensatez, organizar el patrimonio y evitar hacer tonterías llevados por el ansia o el temor", advierte el responsable de la Eafi Abante.
Mucha labor pedagógica
"La gente está muy nerviosa y reacciona en exceso. Se quieren llevar su dinero. Hay que tranquilizarles, explicarles las cosas. Te dicen: `el euro se hunde', pero hay que explicarles que hay muchas maneras de invertir, que también hay formas de aprovechar esa depreciación del euro", explica Casasús.
El director de Afinet Global Eafi también destaca esa tarea pedagógica. "Nuestro asesoramiento evita muchos problemas a nuestros clientes, pero también les sirve para no dejar escapar buenas oportunidades de inversión", advierte Cano.
Así, este experto explica a RTVE.es que muchos productos que se vendieron antes de la crisis y considerados ahora como "un poco malditos", por ejemplo los hedge funds o los estructurados, "no eran malos. Sólo hay que conocerlos a fondo y ver si cumplen ciertas garantías".
Pero como él mismo reconoce, "esos productos tan complejos ya no interesan tanto a los inversores. Se ha vuelto a lo más básico, se demanda más transparencia, más sencillez. Se apuesta más por letras del Tesoro, seguros, bonos e, incluso, simples depósitos".
Aunque Cano se apresura a añadir, "hasta que vuelva la moda de lo complejo. Aunque ahora hay una barrera intermedia entre los vendedores de esos productos y el cliente, que son las Eafis".
Este analista recuerda que "muchos clientes no sabían dónde habían metido su dinero: o no se lo habían explicado o, si lo habían hecho, no les habían leído la letra pequeña". Esa situación se debía, en gran medida, a que los mismos que diseñaban los productos financieros se encargaban de comercializarlos.
"Del lado del cliente"
Pero eso cambió en 2008, después de que el Gobierno trasladara al ordenamiento jurídico español la directiva europea que regula los mercados e instrumentos financieros. Ese febrero de ese año, el Ejecutivo estableció en un real decreto el marco general para la actuación de las Eafis, que luego se precisó completamente en una circular de la CNMV.
Así, en abril de 2009 se registró la primera Eafi en España, la de Abante, que ha sido seguida por otras 26 empresas o asesores individuales, el último de los cuales se ha inscrito en el registro de la CNMV el pasado 7 de mayo.
La diferencia de esta nueva figura del panorama financiero es que son independientes, ya que no pueden estar vinculadas a ninguna entidad financiera en exclusiva y deben acreditar ante la CNMV unos exigentes requisitos de profesionalidad y conocimiento de los mercados. Al eliminar las comisiones de las entidades, estos asesores viven de lo que cobran a sus clientes, una cuota anual que oscila entre el 1% y el 5% del dinero que se quiere invertir.
"Es como decirle al cliente: 'me pongo en tu mismo lado de la mesa", explica Casasús, quien continúa: "una Eafi es como un abogado al que pagas tú por sus servicios; no le paga el banco ni otra entidad financiera para que venda sus productos".
Según las normas en vigor desde febrero de 2009, las personas o entidades que asesoren sobre inversión financiera sin la preceptiva autorización de la CNMV se consideran chiringuitos financieros y son ilegales.
Beneficiosas para lo bien hecho
Los bancos sí están capacitados para realizar esas labores, aunque no se pueden considerar como independientes, ya que son juez y parte en el mercado de los productos financieros.
"Aunque al principio, los bancos y las sociedades de valores nos recibieron con ciertas reticencias, ahora vienen a nosotros para explicarnos sus productos", asegura David Cano.
En opinión de este analista, "se están dando cuenta de que les conviene este tipo de interlocutor, que exige transparencia y hace preguntas que no haría un particular. Saben que si el producto está bien hecho, vamos a saber distinguirlo y decirle a nuestro cliente: 'este fondo de inversión del Banco X es fiable y ahora cae, porque todo el mercado está cayendo".