Remite la emisión de cenizas del volcán de Islandia
- No se descarta una nueva erupción, ya no hay emisiones en la superficie
- En España las perturbaciones en el tráfico aéreo hizo caer un 13,3% el turismo
El Instituto Meteorológico de Reikiavik ha informado este domingo de que ha remitido la actividad del volcán subterráneo del glaciar Eiyafjallajökull, al sur de Islandia, que emite ceniza a la atmósfera desde hace más de un mes.
Un portavoz de la entidad comunicó que desde el sábado no se detectan ni lava ni emisiones de ceniza en la superficie del volcán y agregó que la nube que cubre la zona se compone de vapor de agua.
Desde las autoridades islandesas agregaron que es "un poco prematuro para declarar la erupción por concluida" y añadieron que un eventual cese de las actividades no garantiza que no vaya a haber otra erupción.
El Eyjafjallajökull entró en erupción el pasado 14 de abril, y en los primeros días provocó graves perturbaciones en el tráfico aéreo europeo, que se han vuelto a reproducir de forma intermitente en todo el continente.
Entre los efectos del volcán islandés ha ocasionado han estado cientos de cancelaciones de vuelos en todo el mundo.
En España afectó al sector turístico
La llegada de turistas extranjeros a España cayó en abril un 13,3% frente al mismo mes de 2009 por el cierre del espacio aéreo de Europa durante siete días debido a la nube de ceniza procedente del volcán Eyjafjalla, según la encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras.
Este mismo viernes la Comisión Europea (CE) propuso nuevas medidas para intentar minimizar los trastornos causados por la crisis provocada por la nube de cenizas del volcán islandés, que hoy entra en su sexta semana.
El Ejecutivo comunitario explicó en un comunicado que el objetivo es limitar el cierre del espacio aéreo sin comprometer los estándares de seguridad.
Las nuevas directrices fueron acordadas de manera conjunta entre la Comisión Europea, Eurocontrol y la Agencia Europea de la Seguridad Aérea, indicó la CE en un comunicado.
El nuevo enfoque ofrecerá más flexibilidad a los países de la Unión Europea (UE) en la gestión de sus espacios aéreos, con la intención de limitar las interrupciones del tráfico.
Para lograrlo se establecerán tres zonas: una roja, en la que puede haber presencia de cenizas, pero estará permitido volar; una gris en la que sólo se autorizarán vuelos bajo ciertas condiciones y una negra en la que quedará prohibido el tráfico aéreo.
También se creará una célula europea de coordinación en caso de crisis (EACCC, por sus siglas en inglés) para asegurar una respuesta a tiempo en caso de futuras crisis aéreas.