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El príncipe Andrés niega "categóricamente" su implicación en el escándalo de su ex mujer

  • Ferguson aceptó dinero por facilitar el acceso de un empresario al príncipe
  • La duquesa ha afirmado que se encuentra "deshecha"

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Sarah Ferguson en su última aparición pública en Los Ángeles
Sarah Ferguson en su última aparición pública en Los Ángeles

El príncipe Andrés ha tenido que defender su papel como Representante Especial para el Comercio y las Inversiones del Reino Unido ante la trampa tendida por un periódico a su ex mujer, Sarah Ferguson.

Ferguson fue víctima de una trampa del dominical News of the World cuando uno de los reporteros se hizo pasar por un adinerado hombre de negocios, que le ofreció medio millón de libras a cambio de que le facilitara el acceso al príncipe.

El segundo hijo varón de la reina Isabel II regresó el domingo al Reino Unido de un viaje a Malasia para promocionar la industria británica y negó "categóricamente" haber estado al tanto de la reunión de su ex esposa con el falso empresario.

Según el diario The Times, se espera que este lunes mismo se reúna con sus asesores en el palacio de Buckingham y que hable con representantes del departamento de Comercio e Inversiones.

"Un tipo totalmente íntegro"

La duquesa de York mientras tanto dijo "estar deshecha" después de que el dominical publicara el vídeo en el que se la ve aceptando una maleta con 40.000 dólares en efectivo como adelanto y dando a entender a su interlocutor que medio millón de libras le abrirían la puerta del despacho de su ex marido.

Sarah Ferguson, de 50 años, ha insistido en que el príncipe Andrés era un tipo totalmente íntegro,  "más blanco que el blanco", pero al mismo tiempo dijo haber discutido sus planes con él y que le había sugerido la suma de "500.000 libras".

La duquesa, que llegó el domingo a Los Ángeles en vuelo procedente de Londres mientras estallaba el escándalo, no quiso contestar a las preguntas de los periodistas y se ha limitado a explicar mediante un comunicado que lamentaba profundamente lo ocurrido y la vergüenza causada por su comportamiento.

Tras reconocer la mala situación económica que está travesando, la duquesa ha reconocido que su "falta de juicio" no tenía excusa a la vez que explicaba que el duque de York "no estaba al tanto de sus conversaciones" con el falso empresario, contrariamente a lo que le había dicho a éste.

El pasado domingo por la noche, el Departamento de Comercio e Inversiones se limitó a señalar que se trataba de un asunto que competía sólo al palacio de Buckingham al tiempo que expresó su apoyo a la labor del príncipe Andrés.

Escándalo en un momento complicado

A pesar de dicho apoyo, Stephen Alambritis, de la Federación del Pequeño Comercio, ha afirmado que lo sucedido "no podía haber ocurrido en peor momento y puede afectar a la habilidad del príncipe para alcanzar acuerdos que son vitales".

Alambritis ha instado al Departamento de Comercio e Inversiones y a la oficina del príncipe Andrés a mostrar sin género de dudas que ése no está "por encima" de lo ocurrido y que "las intrigas no son nuestra forma de hacer negocios".

La nueva secretaria de Estado del Ministerio del Interior, la liberaldemócrata Lynne Featherstone, ha calificado el hecho de "deprimente" y se ha preguntado "qué pensará la Reina de todo esto".

La duquesa de York "dice que no tiene dinero, pero eso no es ninguna excusa", dijo Feathestone, violando la tradición según la cual ningún miembro del Gobierno critica a la familia real.

Aunque la duquesa de York perdió su estatus real cuando se divorció del príncipe Andrés en 1966, hasta el momento había sido objeto de igual cortesía que otros miembros de la familia.