Los huevos azules
Ciencia al Cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
Los huevos son estructuras fascinantes. Son una maravilla de la naturaleza y de la cocina. Estamos habituados a ver a estos cuerpos ovalados de color blanco o de un suave color marrón, pero ¿sabían que hay huevos azules?
Los huevos azules son variados. Los hay de varias tonalidades, en su mayoría son azul claro, pero hay algunos de un desafiante color turquesa. También los hay verde claro y verde oliva.
Los huevos azules son propios de una gallina llamada araucana o mapuche, típica de Chile. Los primeros ejemplares oficiales datan de principios de siglo XX. Tienen tres característica muy definidas, que las hace únicas e inconfundibles: tienen dos penachos de plumas más largas a ambos lados de la cabeza, no tienen cola y ponen huevos azules.
“El color es producto de unos pigmentos llamados ovocianinas“
El color es producto de unos pigmentos llamados ovocianinas, que provienen de la síntesis de la bilis, que es verde intenso. La cáscara del huevo es blanca al principio porque está formada en un 95% por carbonato de calcio, que es blanco. Pero la cáscara se tiñe de azul al pasar por el oviducto, que es el conducto que comunica los ovarios con el exterior.
Allí se pone en contacto con el pigmento que se introduce en la cáscara a través de los miles de poros que tienen el huevo en su superficie. Y así adquiere ese magnífico azul. Por dentro es como los huevos de las demás gallinas, aunque el color de su yema es especialmente intenso, de un dorado muy fuerte. Es así porque tiene más concentración de otros pigmentos llamados carótenos, pero nada tienen que ver con el hecho de que su cáscara se azul.
De la misma manera que un huevo blanco se vuelve azul. Un huevo blanco se convierte en moteado, como los de las aves de caza por ejemplo. Habrán visto en el supermercado seguro, huevitos de codorniz. Pues están como salpicados de manchas marrones. En este caso el pigmento es protoporfirina y proviene de los glóbulos rojos.
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