Georges Louis Lecrerc, el conde que acarició la teoría evolucionista
A hombros de gigantes
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El naturalista y escritor francés Georges Louis Leclerc, conde de Buffon nació en Montbard el 7 de septiembre de 1707. Fue el mayor de cinco hermanos. Su padre era un modesto funcionario de la región de Borgoña y su madre, Anne, fue una mujer educada de quien heredó su inteligencia.
En 1714, Anne heredó de su hermano una enorme fortuna. Con ese dinero, su marido compró todo el pueblo de Buffon, cercano a Montbard, y obtuvo un puesto como consejero en el Parlamento local de Dijon. La familia estableció su residencia en esta ciudad, y el joven George se matriculó en el colegio de los jesuitas, de donde salió con la licenciatura de Derecho bajo el brazo.
En 1728 se trasladó a Angers donde estudió medicina, botánica y matemáticas. Dos años más tarde abandonó esta ciudad. El propio Buffon dijo que a causa de un duelo, aunque posiblemente se inventara esta historia para quedar bien. Lo cierto es que comenzó lo que en aquel entonces se conocía como Gran Tour, un viaje que hacían por Europa los jóvenes caballeros para completar su formación. Viajó por el sur de Francia, Italia y Gran Bretaña, hasta que la muerte de su madre le hizo regresar a su ciudad natal.
“Transformó los jardines reales en un centro de investigación y museo“
La carrera científica de Buffon comenzó en 1732, tras su regreso a Francia, cuando entró a formar parte del círculo de los intelectuales franceses. Con 27 años, fue admitido en la Real Academia de las Ciencias Francesas. Y prosiguió su carrera científica hasta su nombramiento como supervisor del Jardín del Rey, en 1740. A partir de ese momento, Buffon dedicó su tiempo tanto a la administración de las propiedades familiares como a la mejora de las colecciones del jardín, cuyo tamaño duplicó durante su mandato. Transformó los jardines reales en un centro de investigación y museo ampliando el parque con la inclusión de numerosas plantas y árboles de todo el mundo.
También se le encomendó la elaboración de un catálogo de historia natural sobre las colecciones reales. Este trabajo fue la excusa para preparar una obra general y sistemática que comprendía todos los conocimientos de la época en biología, geología y antropología. Titulada 'Historia Natural, general y particular', constaba de 44 tomos, de los que ocho se publicaron después de su muerte. Su estilo fluido, brillante, y divulgativo la convirtió en una de las obras literarias más conocidas del Siglo de Las Luces, aunque también recibió numerosas críticas procedentes de eruditos como Voltaire, d'Alembert o Condillac. Su volumen más famoso es el 20, 'Las épocas de la Naturaleza', publicado en 1778.
Buffon ofreció la primera versión naturalista de la historia de la Tierra, con una completa descripción de sus características mineralógicas, botánicas y zoológicas.
Dividió la historia del planeta en varias épocas geológicas y recurrió exclusivamente a causas empíricas para explicar los fenómenos naturales.
La Teoría de las transformaciones infinitas
Sostenía que los cambios que ocurren en los seres vivos se deben a la acción de factores externos. A esta teoría le llamó Teoría de las transformaciones infinitas, y establece que los cambios de los seres vivos se deben al tiempo, al medio físico, a la forma de nutrición y a la domesticación. Aunque acarició la idea evolucionista, Buffon no llegó a romper del todo con la ortodoxia sancionada por la Iglesia. Sin embargo, reconoció que las especies experimentan variaciones y algunas -incluso- habían desaparecido. Estas ideas tendrían gran influencia en naturalistas posteriores como Lamarck y Darwin.
En Embriología, Buffon defendió una teoría de epi-genetismo frente al pre-formacionismo, dominante en la época. La teoría preformista defendía que el desarrollo de un embrión no era más que el crecimiento de un organismo que estaba ya preformado u homúnculo. Por el contrario, Buffon sostenía que el organismo no está preformado en el cigoto, sino que se desarrolla como resultado de un proceso de diferenciación a partir de "moléculas orgánicas", entidades primitivas e incorruptibles que constituirían a todos los seres vivos.
Buffon fue también un filósofo que buscaba causas y explicaciones. Durante toda su vida, se sintió constantemente sorprendido por fenómenos como el de los descendientes que difieren de sus padres, la 'adaptación' entre organismos y medio, la competencia por los recursos y el desarrollo de razas y variedades. Sostenía que "todos los animales proceden de uno solo que en el curso de las edades ha producido, al perfeccionarse y degenerar, todas las razas de los demás animales".
Empleaba los términos degradación y degeneración en un sentido muy general, similar a lo que los naturalistas posteriores denominarían variedades, es decir, una desviación de tipos o especies anteriores.
De acuerdo con estas ideas, propuso la extraordinaria teoría de que los simios eran hombres que habían degenerado y aludió a la existencia de antepasados comunes a hombres y simios en pasajes tan sugerentes como el que afirmaba: "El tal orangután es un bruto muy singular que el hombre no puede ver sin contemplarse a sí mismo y convencerse, al mismo tiempo, de que su forma externa no constituye la parte esencial de su propia naturaleza".