El líder indígena peruano Alberto Pizango es detenido nada más regresar a Lima
- Llevaba desde el pasado mes de junio asilado en Nicaragua
- Se exilió tras la revuelta indígena en la provincia amazónica de Bagua
El líder indígena Alberto Pizango ha sido detenido al volver a Perú, tras asilarse once meses en Nicaragua, por su implicación en los sucesos de la provincia amazónica de Bagua, donde el pasado 5 de junio murieron 24 policías y diez civiles, según han informado fuentes policiales.
Tan pronto como ha llegado al aeropuerto internacional de Lima, a las 15.30 hora local (22.30 hora peninsular española), Pizango ha sido detenido por agentes de la Policía Nacional, que lo han trasladado a la sede de Requisitorias (diligencias policiales), donde permanecerá esta noche, antes de ser trasladado a una sede judicial.
La expectación de la prensa nacional e internacional era enorme, pero Pizango, presidente de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep), ha sido totalmente rodeado por los agentes que han impedido que pudiera tener el más mínimo contacto con los periodistas presentes en la sede policial.
Consciente de su posible detención
El portavoz de Aidesep, Carlos Navas, ha explicado en rueda de prensa las razones de su vuelta: "Añora su tierra y quiere ponerse a derecho; además, las condiciones en el país son diferentes, hay presión de la prensa extranjera y de las organizaciones de derechos humanos, por eso son mucho mejores las condiciones para el regreso".
Pizango ya había dicho este mismo jueves en Managua, antes de salir del país, que era consciente de que se exponía a la detención, pero afirmó que es acusado "de delitos que no he cometido".
El portavoz de Aidesep ha llegado a calificar a Pizango de "perseguido político", y ha sostenido que "hay una agresión del gobierno contra los pueblos indígenas", además de "presiones políticas contra los jueces" que están impidiendo que la orden de detención cambie por una de simple comparecencia, como ha sucedido con otras tres causas abiertas contra Pizango.
Alan García niega cualquier intromisión
El presidente Alan García ha desmentido cualquier intromisión: "Aquí se respetarán sus derechos y estos son temas que sólo el Poder Judicial debe tratar; no soy juez ni fiscal para determinar la situación procesal de una persona", ha dicho.
García ha dicho "no tener opinión" sobre el regreso de Pizango, pero ha añadido que "está más seguro aquí que allá (en Nicaragua), porque aquí hay democracia auténtica, independencia plena del Poder Judicial, ningún ánimo dictatorial o mesiánico y, sobre todo, las condiciones de vida y alimentación son mejores aquí que allá".
El líder indígena, de etnia chayahuita, ha llegado a Lima acompañado de la presidenta temporal de Aidesep, Daisy Zapata, y de la actriz Q'orianka Kilcher, quien ha advertido al gobierno peruano de que "el mundo está observando lo que pasa" con Pizango y los indígenas peruanos.
Ante las noticias de la llegada de Pizango, se han desplazado al aeropuerto una veintena de familiares de los policías muertos en Bagua portando carteles en los que se leía: "Cárcel y pena para Pizango", mientras que activistas de Aidesep y de otras organizaciones han ido para respaldar a su líder con mensajes totalmente opuestos.
El suceso más grave desde la caída de Sendero Luminoso
Precisamente dentro de diez días se cumple un año de los sucesos de Bagua, en los que murieron 24 policías y diez civiles (entre indígenas y mestizos) y que constituyeron el suceso más grave de la democracia peruana después de la caída de Sendero Luminoso.
Aquellas protestas indígenas que motivaron el exilio de Pizango y su asilo político en Nicaragua hicieron finalmente al Gobierno peruano dar marcha atrás con varios decretos legislativos relativos a la regulación de las concesiones petroleras que los nativos consideraban lesivos para sus derechos.