BP reanuda su trabajo contra la fuga y pide 24 horas para valorar el tercer intento
- El procedimiento actual requiere de varias paradas técnicas
- La empresa afirma que el flujo del vertido ya no es tan denso
La compañía BP ha reanudado este jueves -madrugada del viernes en España- las operaciones para tapar el vertido en el Golfo de México después de parar durante unas horas para analizar la efectividad de la inyección de fluidos pesados y barro que están realizando, informa la Guardia Costera.
British Petroleum ordena continuar con la operación tras varios fracasos horas después de que el director general de operaciones de la compañía, Doug Suttles, anunciara en rueda de prensa la suspensión temporal de los trabajos.
Suttles indica que la suspensión no se debía a que el operativo no estuviera yendo bien sino que se trataba de una cuestión de procedimiento.
La empresa inició el miércoles una operación bautizada en inglés como 'top kill' para sellar el pozo mediante la inyección de un fluido compuesto por una mezcla de agua, arcilla y químicos, a la que se sumarán después capas de cemento.
Varias paradas técnicas
"Hicimos una extracción inicial, paramos, empezamos otra vez, paramos y empezaremos otra vez en algún momento de esta noche", ha indicado en una rueda de prensa con la contraalmirante de la Guardia Costera Mary Landry y el responsable del Servicio de Gestión de Minerales (MMS) en la región del Golfo de México, Mike Prendergast.
Según explica, BP comenzó a inyectar lodo y fluidos pesados a 1.500 metros bajo el agua en la tarde del miércoles, luego se detuvo esa noche para supervisar el trabajo e inyectara 2,4 millones de litros más de barro y continuó con la operación que durante unas horas se volverá a detener.
Suttles ha señalado que los resultados tardarán en verse "24 horas o tal vez un poco más, pero continuaremos haciendo el trabajo". "Les aseguro que seguiremos haciendo nuestro trabajo para parar el vertido de crudo", ha dicho.
Hasta pelotas de golf para taponar
La contraalmirante de la Guardia Costera ha señalado que una comisión independiente ha determinado que el pozo derrama entre 12.000 y 19.000 barriles de crudo al día, no 5.000 como indicaba la compañía al principio.
En el caso de que esta opción falle, se están barajando otras como el denominado 'junk shot' que consiste en introducir una variedad de materiales a alta temperatura, como piezas de goma, que harán circular por el tubo para bloquear el vertido. Según ha indicado, los equipos también pueden incluir todo tipo de elementos que sirvan para taponar el escape como pelotas de golf.
Funcionarios estadounidenses señalaron en el segundo día de operaciones que la inyección de fluidos pesados y barro, que se bombea en el pozo con el fin de bloquear la grieta parecía estar funcionando. No obstante, el comandante de la Guardia Costera Thad Allen aclaró en una rueda de prensa que eso no significaba que el vertido se hubiera detenido, como indican algunos medios.
Según Allen, los fluidos no han logrado superar la presión de las fugas de aceite y gas, que suben y bajan por el conducto, aunque según se ve en las imágenes de televisión el vertido ya no es tan denso.
Obama visita la zona
El presidente estadounidense, Barack Obama visita este viernes Luisiana por segunda vez para supervisar de primera mano las tareas de lucha contra el derrame de crudo, que lleva emanando del pozo cinco semanas desde que se produjo la explosión, que causó además once muertos, y el posterior hundimiento de una plataforma petrolera operada por BP. El vertido del Golfo de México afecta ya a más de 160 kilómetros de la costa de Luisiana, según constató el miércoles el gobernador de ese estado, Bobby Jindal.
Este derrame es el peor en la historia de Estados Unidos y mucho mayor que el provocado por el accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40 millones de litros.
La directora del Servicio Geológico de EEUU, Marcia McNutt, apunta que los cálculos preliminares realizados por un grupo de científicos indican que el pozo abierto ha arrojado entre 71 y 147 millones de litros de petróleo al mar desde el accidente del 20 de abril.