Enrique Ambrosio, presidente de Caja Cantabria: "En las finanzas, el tamaño sí importa"
"Un banco de cajas". Así resume el actual presidente de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio, el resultado de la fusión fría mediante la cual la entidad cántabra se integrará con la Caja del Mediterráneo (CAM), Caja Extremadura y Cajastur. Cuando concluya, las cuatro formarán el tercer grupo de cajas de ahorro y el quinto bloque financiero de España, con unos activos superiores a los 135.000 milllones de euros, una plantilla de 14.000 trabajadores y una cartera de casi 5 millones de clientes.
Las cuatro han firmado un protocolo de integración que, el próximo 14 de junio, se convertirá en un contrato de integración por el que se creará una nueva entidad con las características y el funcionamiento de un banco, que aún no tiene nombre. En él, las cuatro cajas pondrán en común beneficios, servicios y la gestión de activos, pasivos, tesorería y riesgos. Pero ninguna de las cuatro desaparecerá, lo que es muy importante para Ambrosio, a la cabeza de una caja muy bien posicionada -por marca y liderazgo- en su zona natural, la comunidad cántabra.
Pregunta: ¿Por qué se ha preferido la llamada fusión fría a una fusión convencional?
Enrique Ambrosio: Un Sistema Institucional de Protección, un SIP, permite mantener la marca de cada caja en su propio territorio. Caja Cantabria es líder en esta comunidad y eso queda salvaguardado, al igual que los órganos de gobierno y la Obra Social. Además, el impacto fiscal en la comunidad autónoma es nulo, porque se siguen pagando los impuestos en su comunidad respectiva.
Pregunta: ¿Qué aporta a una caja pequeña como Caja Cantabria la adhesión a un grupo como éste?
E.A.: Esta integración en un grupo tan importante es un salto grande, porque se blinda a las cajas ante cualquier contingencia, porque la crisis no sabemos cuánto tiempo va a durar y así estamos preparadas para aguantar lo que venga. Pasamos de tener unos activos cercanos a los 11.000 millones de euros, a ser co-partícipes de un fondo de activos de 135.000 millones de euros.
Pregunta: Los clientes, ¿van a notar un cambio?
E.A.: Respecto a los clientes, la caja va a seguir actuando igual que en todos sus años de historia. Pero vamos a poder ofrecer servicios más diversificados y más ampliados, porque con el respaldo de unos fondos mayores vamos a poder conceder más préstamos a empresas y familias.
Además, vamos a poder ofrecer nuevos servicios en negocios que no cubríamos ahora y que serán de gestión única, como la banca corporativa o la banca de inversión. También podremos participar en nuevos mercados como Madrid, Galicia, el Valle del Ebro o el Arco Mediterráneo en los que, por nuestro tamaño, antes no podíamos participar, porque no teníamos los recursos para establecernos con eficiencia, pero ahora sí.
Otra ventaja es que, para nuestras plantillas, aumentan las posibilidades de desarrollo profesional.
Pregunta: ¿Cómo se conjugará la operativa local de cada caja con la existencia de un banco a nivel nacional?
E.A.: Cada socio seguirá actuando en su zona natural como hasta ahora, pero en el resto de España iremos bajo un nombre común, que aún no se sabe cuál será. También es importante que mutualizamos los beneficios. Así, lo que yo crezco aquí, me beneficia a mí y a los demás, pero lo que los demás crecen en sus territorios también me beneficia a mí.
Pregunta: ¿Qué otras cosas se pondrán en común mediante este sistema?
E.A.: Formar un grupo tan importante como éste requiere una coordinación muy fuerte. La dirección estratégica en gestión financiera, gestión de activos, pasivos, tesorería, participadas, riesgos y medidas de control interno deben estar centralizadas, mientras que la gestión operativa la realiza cada una en su territorio.
Pregunta: ¿Por qué las cajas tienen que unirse en estos momentos?
E.A.: ¿Las razones? Sintetizando, las integraciones se realizan por cuatro motivos: capitalización, liquidez, acceso a nuevos mercados y reducción de costes. El primero: las entidades, tanto cajas como bancos, necesitamos capitalizarnos porque así lo exigen las nuevas normas de Basilea III. Para hacerlo, en su caso, se puede recurrir al FROB.
El segundo: hasta el verano de 2007, los pequeños y los grandes podíamos acudir a los mercados mayoristas en busca de financiación y conseguirla a un diferencial razonable. Pero desde que empezó la crisis, no puedes ir a esos mercados con 100 ó 200 millones de euros, sino que tienes que ir con mucho más volumen. Aquí, el tamaño sí importa.
El tercero: ahora es muy complicado poder crecer en volumen de negocio y llega un momento en que sólo se puede hacer yendo a otros mercados. Y eso no lo podíamos hacer antes, porque no teníamos el tamaño necesario. También se puede conseguir entrando en nuevos tipos de negocio, como la banca corporativa, la banca de inversión o la banca internacional; y ahí para ser eficientes hay que tener un tamaño mayor.
Y, finalmente, el cuarto: en el momento actual es necesario reducir costes y eso vamos a conseguirlo por las sinergias que se generan entre las cuatro cajas.
Pregunta: ¿Han decidido si recurrirán al Fondo para Reestructuración y Ordenación Bancaria, el FROB, para apoyar la integración?
E.A.: Aún no hemos concretado cuánto vamos a solicitar al FROB, pero serán entre 1.500 y 1.600 millones de euros, que es lo que equivale al 2% de los activos con cierto riesgo, tal y como establece la regulación. Pero, como digo, aún no se ha concretado y después, ya veremos a ver cuánto utilizamos.
Pregunta: Este grupo es muy variopinto, con cajas procedentes de autonomías muy distantes...
E.A.: Es lo que hemos buscado desde el principio: un grupo de cajas con el que casi no se produjera solapamiento de oficinas y con la mayor cobertura nacional que pudiéramos conseguir. Cuantos más mercados, mejor. La cobertura nacional que nos proporciona este grupo de cajas es muy buena, y eso era prioritario para nosotros, junto a la garantía de solvencia, la eficacia y la liquidez.
Pregunta: ¿Cree que se avecina una época difícil para las cajas, en cuanto a que se adivina una carrera por los depósitos con los bancos?
E.A.: Las cajas somos casi el 50% del sistema financiero español. Y eso es así desde hace años, y nunca hemos tenido problemas, salvo en los casos puntuales de Caja Castilla-La Mancha y Cajasur. Y ahora que vamos a ganar tamaño y solvencia, nos vamos a fortalecer financieramente. El sistema financiero español está reconocido mundialmente como el más competente, el más eficiente y el que mejor controlado está. Durante la crisis, aquí no han caído bancos o cajas grandes, mientras que en otros países -Alemania, Reino Unido, Estados Unidos...- se ha tenido que ayudar a grandes entidades para evitarles la quiebra. Por eso, nuestros modelos de gestión y supervisión se están tomando como referencia en el rediseño del sistema financiero internacional.
Pregunta: Pero, la situación de las cajas de ahorro parece más complicada, por su elevada exposición en el mercado inmobiliario...
E.A.: Los porcentajes de morosidad media de los bancos y las cajas varían en unas décimas arriba, unas décimas abajo, es casi la misma. Lo que pasa es que, mediáticamente, no se trata igual a unos y a otras.