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Las bacterias de la inteligencia

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Ciencia al Cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Cuando damos un paseo por el campo, se despiertan nuestros sentidos. Respiramos hondo, olemos, tocamos y si hace buen tiempo nos tumbamos a disfrutar del entorno. Pues podríamos además de divertirnos, estar haciéndonos más inteligentes. Y todo gracias a unas bacterias.

Es una de las conclusiones expuestas en el 10º Encuentro General de la Sociedad Americana de Microbiología que se ha celebrado estos días en San Diego. Las bacterias son 'Mycobacterium vaccae'. Viven en el suelo, en el campo. Tan campestre es el microbio, que su nombre proviene de la palabra vaca. Bueno, pues cuando entramos en contacto con la naturaleza, lo habitual es que nos las comamos y las respiremos, sin querer. Su ingestión podría mejorar nuestras capacidades intelectuales.

Esta sorprendente conclusión, la han presentado las biólogas estadounidenses, Dorothy Matthews y Susan Jenks. Por el momento solo han hecho un experimento con ratones. Alimentaron a un grupo de estos roedores con mycobacterium y a otro grupo no y a todos los ejemplares de ambos grupos les hicieron recorrer un laberinto.

Los roedores que habían comido estas bacterias resolvían el laberinto antes

Los roedores que habían comido bacterias alcanzaban el final antes y bastante más rápido que lo que no habían ingerido bacterias. Cuando dejaron de darles de comer bacterias tardaron más tiempo en llegar al final del laberinto, pero aun así lo hicieron más rápido que los que no las habían comido. Eso sí, a las tres semanas, el efecto había desaparecido.

Estudios anteriores ya habían concluido que estas bacterias campestres probablemente sean capaces de mejorar nuestro estado de ánimo porque favorecen la secreción de serotonina, un neurotransmisor cuyos niveles disminuyen cuando se padece depresión. Y a su vez se ha vinculado unos correctos niveles de esta sustancia con un sistema inmunitario en forma.

Por el momento, todos esos estudios se han realizado con ratones. No obstante, todo apunta a que el contacto con la naturaleza es más que beneficioso. Así que aprovechen el buen tiempo y los magníficos colores que la primavera nos está regalando para dar un buen paseo por el monte.

CIENCIA AL CUBO

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