Netanyahu anula su visita a Obama ante la condena internacional al ataque a la flotilla
- El primer ministro muestra todo su apoyo a la acción del ejército
- La posible muerte de un líder árabe israelí provoca el miedo a una Intifada
- Las conversaciones indirectas podrían entrar en punto muerto
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha visto obligado a cancelar su visita al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, este martes, tras el ataque a la 'Flotilla de la Libertad' de Gaza por parte del ejército hebreo, que ha provocado una condena internacional casi unánime.
"Netanyahu ha decidido acortar su visita a Canadá y volver a Israel antes de tiempo", ha adelantado el gobierno israelí en un comunicado, donde Netanyahu ha mostrado su "total apoyo" a la acción del ejército.
Y es que Israel se enfrenta a un inmenso 'efecto Boomerang' por , que puede provocar desde una Tercera Intifada en su territorio hasta su aislamiento internacional por el rechazo del mundo árabe capitaneado por Turquía.
En el otro lado, Hamás se ha anotado una victoria diplomática, ya que ha conseguido que el bloqueo de Gaza vuelva a la palestra internacional tras 18 meses de silencio informativo mientras las conversaciones indirectas entre Israel y el presidente palestino, Mahmud Abás, podrían entrar de nuevo en punto muerto.
Abás en problemas, peligran las conversaciones indirectas
"Obama podría aumentar la presión contra los israelíes para que Abás pueda sentirse más cómodo", considera Oussama Safa, del Centro Libanés de Estudios Políticos.
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha calificado ya de "masacre" el asalto israelí a la "Flotilla de la Libertad", mientras que el movimiento islamista Hamás ha convocado un "Día de la ira".
"Lo que Israel ha cometido contra los activistas de la 'Flota de la Libertad' es una masacre", ha declarado Abás en un comunicado emitido desde la ciudad cisjordana de Ramala a través de la agencia oficial palestina "Wafa" en el que decreta tres días de luto en los territorios palestinos.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no ha anunciado, sin embargo, una interrupción del diálogo indirecto de paz que mantiene con Israel desde principios de mes.
Por su parte, el primer ministro de Hamás en la franja de Gaza, Ismail Haniyeh, ha calificado como "crimen contra la Humanidad" la acción de Israel. Antes de los incidentes, Haniye ya le había dicho a los activistas: "Seréis héroes, lleguéis a Gaza o no".
Unión árabe capitaneada por Turquía
Además, el ataque de Israel ha conseguido algo que hasta hace poco parecía imposible: la coincidencia absoluta de la comunidad árabe contra el ataque, desde a Siria hasta Jordania, pasando por Líbano, Qatar e Irán.
Entre todos, el país que está liderando la respuesta es Turquía, país con el que Israel tenía ya un agrio enfrentamiento diplomático y que ha pedido una intervención urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
El papel de Turquía en esta crisis puede ser clave, ya que es miembro de la OTAN y la mayoría de los activistas que había en la flotilla eran de su nacionalidad.
El gobierno turco encabeza la iniciativa para seguir negociando con Irán pese a su programa nuclear, algo en lo que está radicalmente en contra Tel-Aviv, que busca convencer a sus vecinos árabes del peligro iraní.
Ahora el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, el que llama al aislamiento internacional del "régimen sionista".
Riesgo de Intifada
Más aún, a nivel interno Israel se enfrenta a un serio riesgo de una Tercera Intifada si muere Raed Salah, líder de los árabes israelíes, que podría desencadenar una serie de protestas de islamistas y activistas de izquierda en el propio souelo israelí.
"Bajo ciertas circunstancia y si ambos lados fracasan en dar los pasos para calmar la situación, esto podría incluso acabar en la Tercera Intifada o en el levantamiento palestino", advierte el analista Amos Harel en el diario israelí Haaretz.
División en el Gobierno israelí
Por último, el 'efecto Boomerang' puede llegar al seno del propio Gobierno israelí.
Aunque la versión oficial, facilitada por el ejército y el Ministerio de Exteriores, en manos del partido de extrema derecha de Avigdor Lieberman, es que fueron los miembros de la flotilla los que desencadenaron los hechos, el Partido Laborista, presente en el ejecutivo, se puede encontrar en una situación insostenible.
"Va a haber un gran escándalo, no tengo dudas sobre ello", ha asegurado Benjamin Ben-Eliezer, ministro laborista de Transportes, durante una visita a Qatar.
"Todo el mundo puede juzgarnos. Cuando hay sangre, no puedes explicar nada", ha lamentado.