¿Para qué sirve el iPad?
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Después de trastear un rato con el iPad y de jugar un poco las aplicaciones que incluye -que por cierto son menos de las que trae un iPhone- llega el momento de darle utilidad práctica que justifique la inversión. Si ya lo tienes o estás pensando en comprar uno es porque más o menos ya sabes qué puedes -y qué no puedes- hacer con él y qué aplicaciones pueden ser de ayuda para ello.
¿Qué es un iPad?
Como otras muchas cosas, el iPad es difícil de definir pero fácil de reconocer. Ponerse cara a cara con el iPad supone dejar de lado los conceptos y consideraciones habituales que surgen a la hora de comprar o utilizar un ordenador convencional. El iPad no es un ordenador, no es un netbook y no es un Tablet PC en su definición tradicional. No tiene sentido criticarlo porque no tenga puerto USB cuando ni siquiera tiene teclado.
Un iPad tiene más parecido con la puerta estelar de Stargate que con un ordenador. Su argumento no es tanto el dispositivo en sí -la puerta- sino a dónde lleva y la experiencia a la que da acceso en un instante. Una vez al otro lado el medio es lo de menos, aunque sea éste la base de la historia.
Precisamente una de las virtudes del iPad es que es todo instantáneo, no hay arranques, no hay carga de programas, no hay esperas. Es muy rápido. Y no es que sea fácil de manejar, es que no hay nada que manejar. Igual que no hay que aprender a utilizar un cajón lleno de juguetes.
Basta con distinguir entre deslizar el dedo por la pantalla y tocar elementos. Esto es algo que un niño de dos años ya ha hecho antes con sus cuentos con desplegables, formas y texturas. De hecho un niño de esa edad frente a una aplicación como I Hear Ewe, por ejemplo, pasará las páginas y tocará en los iconos de los animales para escuchar qué ruidos hacen casi por instinto. Todo se reduce al usuario y a la aplicación.
Aún en su configuración básica -sin aplicaciones extras- el iPad es un cómodo vehículo para acceder a Internet, navegar, leer el correo electrónico y utilizar aplicaciones online o redes sociales.
Navegar por Internet
Es mucho más intuitivo, rápido y natural utilizando los dedos que a mediante el puntero del ratón: basta con tocar el enlace a seguir, la imagen que se quiere ver o el botón de la acción a ejecutar. Todo carga prácticamente al instante y encaja perfectamente en la ventana.
Excepto que seas aficionados a los juegos en Flash y a los sitios web con introducciones de dudosa utilidad la carencia de Flash está sobrevalorada y su importancia va a menos cada día que pasa y conforme se consolida el uso del lenguaje HTML5. Por ejemplo YouTube permite ver miles de vídeos directamente en el navegador web del iPad -incluso a pantalla completa-, y si hace falta el iPad cuenta con una aplicación específica para ver vídeos de YouTube.
Correo electrónico
El correo electrónico se puede utilizar o bien a través del navegador web -por ejemplo, Gmail o Yahoo Mail-, o bien a través de la aplicación Mail incluida, que permite configurar tanto cuentas de Gmail o Yahoo Mail como correo de Microsoft Exchange o buzones de correo POP o IMAP convencionales.
Si ya tienes un iPod o un iPhone tanto las configuraciones del correo o el navegador web como las aplicaciones instaladas en éstos se instalarán automáticamente también en el iPad, excepto aquellas que sean incompatibles con el iPad por algún motivo.
Además, aquellas aplicaciones diseñadas tanto para el iPhone como para el iPad mostrarán en cada dispositivo la versión correspondiente, de forma totalmente transparente. Otro de los puntos fuertes del iPad es como medio en el que leer publicaciones digitales, por ejemplo revistas, documentos o libros electrónicos.
En este sentido iBooks, la tienda de libros de Apple está aún muy verde en lo que a títulos en español se refiere, que básicamente se reducen a los clásicos disponibles gracias al Proyecto Gutemberg.
La buena noticia es que el iPad también permite acceder a los libros de Amazon Kindle. De este modo es posible tener ambas cosas: el catálogo de Amazon ahora y también el de iBooks cuando esté más maduro. La aplicación Kindle for iPad es más cómoda y completa que la versión para iPhone, y la sincronización se mantiene entre dispositivos, también si se tiene un Kindle.
Otras aplicaciones, otros usos
Aunque para muchos usuarios disponer de un dispositivo que ofrezca acceso a Internet y aplicaciones web, servicios online o "en la nube", al correo electrónico, mapas y poco más sin dolores de cabeza puede ser incluso suficiente, las posibilidades de uso del iPad se ven potenciadas por las aplicaciones disponibles desde la App Store. Eso sí, a partir de aquí en la mayoría de los casos será necesario hacer un desembolso económico adicional, aunque las hay desde 79 céntimos de euro.
Entre las aplicaciones disponibles hay de todo. Aplicaciones para edición de textos y ofimática -incluyendo una versión del paquete iWork de Apple; aplicaciones que permiten por ejemplo acceder a documentos online -guardados por ejemplo en discos duros virtuales como DropBox- o tomar notas a mano, como si el iPad fuera una libreta de papel; de acceso a servicios online y redes sociales, mucho entretenimiento -contenidos y sobre todo juegos-, educativas y utilidades de todo tipo que permiten cosas tan diversas como desde dibujar a mano, componer música o editar fotografías de forma básica hasta visualizar en el iPad vídeos almacenados en el ordenador.
Entonces ¿para qué sirve un iPad?
Pros y contras al margen, el iPad es la antesala de lo que está por venir, tanto por hardware -ordenadores siempre a mano y siempre conectados- como por la creciente tendencia a utilizar servicios y aplicaciones web, disponibles a través de Internet bien a través del navegador web o de pequeños programas para comunicarse con ellos.
No se puede por tanto comparar con un ordenador convencional, porque no funciona de la misma manera, ni para lo bueno ni para lo malo. Por ejemplo, apenas tiene razón de ser si no está conectado a Internet. Su utilidad por tanto depende mucho del uso que se haga de Internet y de los servicios online.
Por tanto, aunque depende de cada, en general el iPad permite hacer de todo a su manera y con las limitaciones lógicas de hacerlo con la menor interferencia física posible simplificando todo, aplicaciones y dispositivo, hasta que lo único que queda, y que cuenta, es la relación entre la persona y su vida digital.