Los activistas deportados coinciden en denunciar que Israel atacó antes del abordaje
- Los activistas deportados coinciden en que fueron pacíficos
- Uno de ellos denuncia el tratamiento del ejército israelí
- Varios activistas aseguran que se les aplicaron descargas eléctricas
Israel asegura que los soldados atacaron en defensa propia. Los activistas no. Los que han podido relatar lo que ocurrió, han coincidido en reiterar que el ataque se produjo antes de que ellos pudieran ofrecer cualquier tipo de resistencia.
"Estábamos en aguas internacionales. Los israelíes actuaron como piratas, de un modo completamente distinto del modo habitual con el que se realizan ejercicios náuticos, y se apoderaron de nuestro barco. Nos llevaron como rehenes, apuntando con sus armas a la cabeza. No había absolutamente nada que hacer ... A los que trataron de resistir se les aplicaron descargas eléctricas".
Son las palabras con las que ha descrito el asalto de las tropas israelíes Michalis Grigoropoulos, quien iba al mando de uno de los barcos de la flota que, insiste, "tenía como objetivo ofrecer ayuda humanitaria".
Esta idea la ha respaldado una de las primeras activistas turcas que ha logrado regresar a casa, Nilufer Cetin, madre de un bebé, que viajaba en el Mavi Marmara. Su versión coincide con la de los demás: "las tropas israelíes comenzaron a disparar antes de abordar el barco, primer a modo de aviso y luego, cuando vieron que no nos paráramos, el aviso se convirtió en un ataque".
Otro activista turco, Mutlu Tiryaki, ha respaldado esta versión sobre cómo se inició el ataque: "Fuimos hacia el puente y ellos aparecieron desde helicópteros y barcos militares y nos atacaron. Se aproximaron a nuestro barco desde buques militaes después de lanzar una advertencia. Les dijimos que estábamos desarmados. Nuestro único arma era el agua".
Estos dos activistas forman parte de una minoría que ha podido firmar su deportación voluntaria. Los demás, más de 600, están encarcelados en Beer Sheva, al sur de Israel, tras negarse a identificarse y a firmar su expulsión.
Los testimonios de estos activistas coinciden en que la mayoría de los miembros de la expedición estaban desarmados, así como en la dureza de los métodos del ejército israelí y las malas condiciones en las que fueron tratados en el puerto de Ashdod, donde fueron trasladados todos tras el asalto.
"No nos resistimos en absoluto, no hubíesemos podido aunque hubíeramos querido. ¿Qué podríamos haber hecho ante comandos de élite que saltaron a bordo? La única cosa que algunos pudieron hacer fue retrasar su llegada colocándose en el puente y formand un escudo humano. Fueron tiroteados con balas de goma y recibieron descargas eléctricas", ha detallado Mihalis Grigoropoulos, un activista griego, a su llegada a Atenas.
Tratamiento en Ashdod
Grigoropoulos, ha denunciado también las "condiciones miserables de detención en el puerto de Ashdod" y que "dos militantes griegos fueron golpeados".
"Me hicieron firmar papeles con respecto a mi expulsión sin que yo supiera lo que había en esos papeles porque yo no tenía derecho a un traductor, abogado o a comunicarme con mi familia", ha añadido entrevistado por la televisión griega Ska, poco después de su llegada con cinco compatriotas.
Otro de los que han vuelto, el francés Youssef Benderbal, miembro del Comité de Ayuda a los Palestinos, ha detallado que las instrucciones que les dieron eran precisas: "No provocar, mantener la calma e ir a ellos diciendo que somos pacifistas y no terroristas", ha detallado.
"Ahora bien, si la prestación de asistencia es una provocación, me pregunto en qué mundo vivimos", ha denunciado.
Pero la gran incógnita sigue siendo lo que ocurrió en el Mavi Marmara, el barco con bandera turca con más de 400 activistas a bordo donde se produjo el grueso de los enfrentamientos.
Por su parte, Nilufer Cetin, ha afirmado que en su caso fue sometida a unas cuantas preguntas delante de unos cuantos políticos y que ha podido regresar sólo porque iba con su bebé. Por otro lado, ha asegurado que le obligaron a entregar todo lo que llevaba encima y que incluso se quedaron con la ropa con la que iba vestida.
"Querían causar bajas"
En este sentido, Hanin Zoabi, la única diputada israelí que participaba en la "Flotilla de la Libertad", ha declarado poco después de ser liberada que el Ejército israelí no pretendía sólo detener los barcos de forma pacífica, sino también causar víctimas.
"Estaba claro por las dimensiones de la fuerza con que el Ejercito de Israel abordó el barco que el propósito no era detenerlo, sino causar el mayor número de bajas para impedir futuras iniciativas similares", ha denunciado Zoabi, palestina con ciudadanía israelí, en una rueda de prensa en Nazaret, en el norte del país.
La legisladora se encontraba a bordo del navío Mavi Marmara y ha desmentido que los participantes de la flotilla tuvieran intenciones violentas o provocaran a los soldados, como argumenta el Gobierno de Israel.
"Nuestro objetivo era romper el bloqueo. No teníamos planes para un enfrentamiento. Israel efectuó una operación militar provocadora", ha recalcado.
La diputada, que ha sido interrogada esta mañana y liberada gracias a su inmunidad parlamentaria, ha contado que escuchó cómo los barcos del Ejército israelí disparaban durante el asalto al navío.
"No había ningun pasajero con palos. Desde donde yo estaba, no vi ningún palo ni nada que se la pareciera", apostilló.
Bastones de madera
"He visto dos bastones de madera que se utilizaron. No había nada más", ha reconocido a su llegada a Alemania Norman Paech, un ex diputado del Partido de La Izquierda alemán, que estaba a bordo del Marmara.
"Nunca hemos visto usar un cuchillo como arma. Con esos bastones se defendían a sí mismos", ha declarado en una conferencia de prensa poco después de su repatriación.
"Fue un ataque a una misión de paz en aguas internacionales. Los israelíes si lo desean, puede defender su área de defensa militar, pero estábamos fuera de estos límites. Teníamos derecho a defendernos, e incluso el uso de armas con la que atacamos ", ha defendido.
Paech ha sido repatriado con cuatro compatriotas que también iban a bordo del barco. Dos de ellos son las actuales diputadas de La Izquierda Inge Hoeg, de 59 años, y Annette Groth, de 56 años, que han reafirmado: "Nadie estaba armado".