¿Qué pasa cuando nos enfadamos?
Ciencia al Cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
El corazón late mucho más rápido, aumenta la tensión arterial y los niveles de testosterona, disminuye el de cortisol (la hormona del estrés) y el hemisferio izquierdo del cerebro se activa más. Todo esto, además de sufrir un muy mal rato, sucede cuando nos enfadamos.
Estos síntomas de ira los ha descrito un equipo de científicos de la Universidad de Valencia y los resultados se han publicado en la revista 'Hormones and Behavior', es decir, Hormonas y Comportamiento. Los han averiguado tras medir los parámetros necesarios en 30 personas, hombres, a los que habían hecho enfadar y mucho.
Los investigadores saben que la ira es una emoción natural que nace cuando el orden de las cosas que un individuo considera correcto es alterado. Es una resistencia a asumir la frustración. Así que para despertar la ira han usado 50 frases enunciadas en primera persona que reflejan situaciones cotidianas que provocan enfado. Vamos, que les tocaron donde más les fastidiaba.
“Durante el enfado aumenta la actividad en el hemisferio izquierdo“
Tras medir la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, los niveles de testosterona y cortisol y la activación del cerebro, a los científicos les ha llamado especialmente la atención el aumento de la actividad del hemisferio izquierdo.
Según explican desde la plataforma de noticias SINC, el hemisferio izquierdo está relacionado con emociones positivas y se ha observado que inducen al acercamiento al objeto que despierta esa sensación. El derecho por su parte está relacionado con emociones negativas que producen rechazo y alejamiento de aquello que nos produce ese sentimiento desagradable.
Sin embargo, la ira a pesar de ser una emoción negativa, activa el hemisferio izquierdo y por eso nos nace el impulso de acercarnos a aquello que nos provoca ira para tratar de eliminarlo.
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