Al menos 40 muertos en un atentado suicida en la boda de un miliciano antitalibán en Afganistán
- La mayoría de las víctimas son hombres y hay más de 70 heridos
- El novio y sus invitados combatían a los radicales islamistas
- El atentado ha ocurrido en la provincia Kandahar, feudo de la insurgencia
Al menos 40 personas han muerto y más de 70 han resultado heridas en un atentado suicida en una boda en la conflictiva provincia de Kandahar, en el sureste de Afganistán, según ha informado la policía local. El diario estadounidense The New York Times precisa que el novio, que ha fallecido, era un miliciano antitalibán y la OTAN ha atribuido el ataque a los islamistas.
"Un suicida entró en la celebración, que reunía a cientos de personas, y se hizo volar", ha señalado un agente, no identificado.
Una fuente policial ha precisado que entre los muertos y los heridos hay varios niños y un testigo presente en el lugar ha relatado haber visto un coche que llegó al recinto y explotó entre la multitud, mientras los invitados a la ceremonia estaban comiendo.
El atentado ocurrió entrada la noche en el distrito de Arghandab, durante la boda de un hijo del jefe de una compañía de seguridad que presta servicio a los convoyes logísticos de las tropas extranjeras en el país.
Varios de los heridos se encuentran en estado crítico, según ha explicado un doctor del hospital de Mirwais, en Kandahar, que ha añadido que la mayoría de los afectados son varones porque la explosión ocurrió en un área reservada para hombres.
El sello de los talibanes
El New York Times, que cita testigos presenciales, ha dicho que entre los fallecidos está el novio, Abdullá Aka, integrante de una milicia antitalibán liderada por Mohammed Naji Kako, que está entre los heridos.
El prestigioso diario señala que la milicia fue creada hace unos meses con la colaboración de las fuerzas especiales de Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría de las víctimas no pertenecían a este grupo, añade la fuente.
El periódico dice que se han encontrado restos de bolas de acero que se suelen usar como metralla en los atentados suicidas.
Aunque los talibanes no han reivindicato el ataque ni las autoridades locales se lo han atribuido, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) ha afirmado, en un comunicado, que el ataque es una prueba de "las tácticas nauseabundas e indiscriminadas de los talibanes".
Campaña contra los pro-occidentales
Las milicias insurgentes dieron por iniciada el pasado 10 de mayo una campaña denominada "Al-Faath" (Victoria), y desde entonces han protagonizado varios ataques de entidad contra bases de las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán.
Sin embargo, la milicia insurgente también incluyó entre sus objetivos a las compañías logísticas o implicadas en tareas de reconstrucción, y a "todos aquellos", dijeron, "que apoyen o trabajen por el fortalecimiento del dominio extranjero".
Las tropas internacionales presentes en Afganistán llevan meses preparándose para una intensa campaña en Kandahar, que es uno de los focos más conflictivos de Afganistán y un tradicional bastión de los insurgentes talibanes.
Las milicias han recurrido en el pasado a ataques suicidas o acciones de comandos, pero suelen hostigar a las tropas afganas y extranjeras con tácticas propias de las guerrillas tradicionales, como el emplazamiento de bombas camineras o las emboscadas.
En los últimos cinco días han perdido la vida en Afganistán 23 soldados extranjeros, cuatro de ellos por el derribo de un helicóptero en la vecina provincia de Helmand y los demás por explosiones de bombas y tiroteos.
A falta de confirmar la autoría de la explosión de anoche, el suceso ha tenido lugar menos de una semana después de la celebración de la "jirga de la paz", un cónclave de líderes tribales y administrativos afganos para buscar el fin a la guerra en el país.
La "jirga", una iniciativa del presidente, Hamid Karzai, aprobó el plan de éste para lograr la paz con los talibanes, y apoyó una amnistía parcial para los insurgentes que abandonen las armas.