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Rusia mantiene la venta de misiles tierra-aire a Irán pese a la nueva resolución de la ONU

  • Un portavoz del Kremlin dice que las sanciones no afectan a los S-300
  • Antes, fuentes militares aseguraban que la venta quedaría congelada

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El Ministerio de Exteriores ruso ha precisado que las nuevas sanciones contra el programa nuclear iraní no obligan a Moscú a anular el acuerdo con Teherán para venderle misiles tierra-aire.

Este acuerdo militar, que genera malestar en Estados Unidos e Israel, había sido puesto en duda por fuentes de la industria armamentística rusa, considerando que el contrato para vender los misiles S-300.

"La decisión del Consejo de Seguridad de la ONU es vinculante para todos los países y Rusia no es una excepción", declaraba a la agencia Interfax una fuente anónima del sector militar. "Naturalmente, el contrato para desarrollar un sistema de misiles S-300 será congelado", añadía.

Sin embargo, Andrei Nesterenko, portavoz de Exteriores, ha detallado que solo sistemas de misiles portátiles estarían prohibidos por la nueva resolución.

"Las armas de defensa aérea, con la excepción de los sistemas de misiles portátiles, no están incluidas en el registro de armas convencionales mencionadas en la resolución de Irán", ha subrayado.

El apoyo del Kremlin a las sanciones ha estado acompañada por el mensaje de altos cargos rusos de que no afectaría al acuerdo de venta de los misiles S-300.

Baza rusa

Fuentes diplomáticas en Moscú habían asegurado que Moscú quería mantener el acuerdo en reserva como una baza a jugar con Teherán y las potencias occidentales que quieren dominar las actividades nucleares iraníes al considerar que están destinadas a fabricar armas atómicas.

Una resolución de la ONU que declarase ilegal el contrato de los S-300 sería una concesión significativa de Moscú a occidente y añadiría más tensión a los lazos entre Rusia y Teherán, que ha acusado a Moscú de dar marcha atrás en la venta de los misiles.

En Washington un senador republicano, Jon Kyl, ha criticado que la resolución del miércoles excluya a los misiles S-300 y la construcción por parte de Rusia de la centra nuclear de Bushehr.

Por su parte, Rusia ha tratado de rebajar las sucesivas rondas de sanciones, asegurando que los castigos no surgen efecto, pero Moscú está consternada por el fracaso de Teherán en dar detalles completos sobre su programa nuclear y mostrar algo de cooperación.