El Tesoro coloca 3.900 millones en bonos a tres años con una subida moderada del tipo de interés
- Ha habido que ofrecer un 3,394%, frente al 2,030% del pasado 8 de abril
- Con todo, la presión sobre los intereses se ha suavizado respecto a mayo
- Es la primera subasta de deuda desde que Fitch rebajara la nota de España
El Tesoro publico ha adjudicado este jueves 3.903,21 millones de euros en bonos a tres años con un interés marginal del 3,394%, el mayor tipo otorgado a este tipo de títulos desde octubre de 2008 y 1,36 puntos por encima de la anterior puja de estos productos, celebrada en abril.
Esta ha sido la primera subasta celebrada desde que el pasado 28 de mayo la agencia de medición de riesgos Fitch rebajara la calificación de la deuda española. En la puja de este jueves, el Tesoro ha colocado 3.903,21 millones de euros, frente a los 8.251,72 solicitados por las entidades, lo que representa prácticamente el tope máximo fijado de 4.000 millones.
La anterior subasta de esta denominación, que tuvo lugar el pasado 8 de abril, se saldó con la colocación de 2.900 millones de euros con un interés marginal del 2,030%, inferior al 2,66% que otorgó a la celebrada en febrero.
Desde que en octubre de 2008 la rentabilidad de estos bonos alcanzara el 3,41%, el Tesoro ha reducido de forma constante mes a mes el interés que aplicaba a los bonos a tres años. Sin embargo, prácticamente todas las subastas celebradas este año han ofrecido rendimientos crecientes, una muestra de que a España le cuesta cada vez más -casi el doble que a Alemania- colocar su deuda en los mercados.
Menos presión en el mercado secundario
Fuentes del Ministerio de Economía han destacado que la emisión de este jueves supone "un signo de que los inversores siguen teniendo mucho interés en la deuda pública española". En este sentido, han destacado que los inversores no residentes han copado más del 50% de la subasta, lo que también supone una buena señal para la deuda española, al tiempo que justificaban el mayor interés ofrecido en "el reflejo de la situación de los mercados", considerandolo "inevitable".
Más allá del mercado primario de emisión de duda, en las últimas semanas el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, el de referencia en Europa, se ha disparado en el mercado secundario y ha llegado a superar los 210 puntos básicos (2,10 puntos porcentuales), su máximo histórico desde septiembre de 1996.
En la apertura de la sesión del martes, este diferencial se mantuvo estable en 200 puntos básicos, aunque posteriormente ha caído hasta 190, lo que confirma que se está suavizando la presión sobre los títulos españoles.
Asimismo, los seguros de protección contra impago de deuda (CDS) de España caían esta mañana más de un 10% y cotizaban a 218 puntos básicos, lo que implica un coste anual de 218.000 euros por cada 10 millones de euros de deuda, frente a los 241.600 del cierre precedente.
Desconfianza
La deuda soberana española es objeto de la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo, sobre todo después de que la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's bajara la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel AA. Ahora, de entre las grandes agencias de medición de riesgos sólo Moody's mantiene la máxima calificación -la misma que tiene Alemania- para las emisiones soberanas españolas.
En la primera puja celebrada tras el anuncio de S&P, el Tesoro tuvo que elevar el interés marginal de los bonos a cinco años en 0,73 puntos, hasta situarlo en el 3,580 por ciento, una rentabilidad que no se ofrecía por este tipo de deuda desde noviembre de 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers.
A continuación, la rentabilidad de las letras a un año subió al 1,699% -la mayor desde diciembre de 2008-, para colocar 4.359 millones de euros, y pocos días después el rendimiento de las letras a seis meses prácticamente se duplicó, al pasar del 0,76% al 1,320%, su nivel más alto desde enero de 2009.
Los datos de mercado indican que las emisiones a más largo plazo sufren en menor medida la desconfianza del mercado, ya que en la subasta de obligaciones a 10 años celebrada en mayo el aumento de la rentabilidad fue anecdótico, y pasó del 3,864% de abril al 4,074%.