Van Rompuy se alinea con Merkel y opta por las sanciones a la banca
El presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, ha mostrado su oposición a la creación de nuevas instituciones para gestionar la futura estrategia económica de la Unión europea.
A su juicio lo que hace falta es "una mayor vigilancia presupuestaria" y un mayor "control sobre la evolución de la competitividad". Unas palabras que van en la línea con la propuesta hecha por Alemania.
No hacen falta instituciones
La canciller Angela Merkel -con quien se ha reunido hoy- es partidaria de estrechar el cerco a quienes no cumplan con el Pacto de Estabilidad, e imponer sanciones muy duras a quienes incurran en déficit.
Sin embargo, Francia es partidaria de entregar al Eurogrupo -encabezados por sus líderes- quien se ocupe de controlar la política económica de la UE. Sin embargo, el presidente del Consejo cree que actualmente "no necesitamos nuevas instituciones" ni tampoco "apoyo técnico para las ya existentes".
Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, difieren en la manera en la que Europa debe controlar la economía en el futuro, algo que ha disparado los rumores sobre una posible ruptura del eje franco-alemán.
Sin embargo Merkel ha negado en una entrevista que publicará este viernes el 'Frankfuerte Allgemeine Zeitung' que el motor franco-alemán renquee. "No lo veo así", ha dicho. Asegura que "todas las decisiones importantes las hemos preparado y respaldado juntos".
Por eso va a llevar al Consejo Europeo de la semana que viene un informe de conclusiones sobre la gobernanza económica, que contemplará las ideas expuestas en el grupo de trabajo que dirige el propio Van Rompuy.
Cambiar el Tratado
A su juicio la priodidad es "trabajar en el marco del Tratado de Europa", aunque la posibilidad de cambiarlo para introducir nuevas sanciones "no puede ser visto como un tabú".
Algo que ha refrendado -como ha hecho en las últimas semanas- Angela Merkel. Considera que esas modificaciones "podría ayudar a tranquilizar a los mercados".
La Comisión Europea, en boca de su presidente Durao Barroso, dijo este miércoles que también se opone a un gobierno institucionalizado por los líderes de los países de la zona euro.
Según ha dicho si se crearan nuevas instituciones "se crearía una gran confusión", por lo que no puede permitirse que se modifique el "método comunitario" que dirige la Comisión.