Clegg pide a Zapatero que sus reformas no se queden "a medias"
- Cree que "ha llegado la hora de actuar" tanto en España como en Europa
- Mantiene la postura británica sobre Gibraltar y pide más mercado común
- Considera que "Zapatero lo tiene muy claro" y tomará medidas "exhaustivas"
Ha llegado en un vuelo de Easyjet para dar ejemplo y con toda la educación europea y la 'flema' británica', ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que sus reformas estructurales no se queden "a medias" porque tanto en España como en el resto de Europa "ha llegado la hora de actuar".
Se llama Nick Clegg, es el viceprimer ministro británico, y ha pasado en apenas unas semanas de ser la cara de la nueva política británica a hacer apostolado por el Viejo Continente por los recortes del déficit y las reformas estructurales para volver a la senda del crecimiento.
Sus palabras, según ha revelado, han tenido su eco: "Zapatero lo tiene muy claro y nosotros, también. Sabemos que lo mejor es hacerlo de manera exhaustiva, completa, de forma ambiciosa, con medidas definitivas y claras".
"No hay nada progresista en dejar esta herencia de deuda a nuestros hijos, debemos tomar las decisiones díficiles ahora", ha recalcado ante el Foro Nueva Economía, en Madrid, en su primera visita oficial a España desde su nombramiento.
Clegg, que se reunió el pasado jueves con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha encuadrado el recorte de 15.000 millones de euros aprobado por España en "la tendencia integral que debe producirse en la Unión Europea" para recortar el déficit.
Como él mismo ha reconocido, su Gobierno tiene también este recorte como principal prioridad ya que, como ha recordado, tiene el déficit más alto de la Unión Europea.
"Pagar el déficit británico es la principal prioridad que tenemos, no es una tarea que nos guste, no es una opción ideológica, pero es inevitable", ha reconocido el viceprimer ministro.
Dos casos paralelos
Clegg ha trazado un paralelismo entre las economías de España y de Reino Unido, que considera que han sufrido más la crisis porque ambas estaban desequilibradas, una hacia la construcción, otra a los servicios financieros.
Por eso, ha añadido, ambos países necesitan reformas estructurales, que son, a su juicio, la única fuente fiable para volver a la senda del crecimiento, y para que los recortes aprobados sean realmente efectivos.
"Si se realizan reformas estructurales valientes el entorno será más favorable a las medidas de reducción de déficit. Eso no se puede hacer con medidas a medias", ha advertido el dirigente británico, que ha desvelado que de su conversación con Zapatero extrajo que es su intención tomar medidas "definitivas y claras".
Clegg no ha querido hacer más comentarios sobre la política nacional española, aunque ha reconocido el ejemplo que ha supuesto el gobierno de unidad británico con los conservadores para superar la tradicional polarización de la política británica y forjar acuerdos para el éxito colectivo del país.
El británico más español
Y es que, aunque era su su primera visita oficial a España, no será ni la primera ni la última. Clegg es lo más parecido a la 'cuota' española en el gobierno británico: está casado con la española Miriam González, sus hijos llevan nombre español y hace visitas frecuentes al pueblo de su suegra, en Valladolid.
Ha elogiado el AVE que toma para ir a Valladolid con su mujer y ha esquivado con sentido del humor la pregunta que tarde o temprano se plantea cuando hablan un español y un británico.
"Este gobierno nunca va a aceptar un cambio en el estatus de Gibraltar si no lo aceptan los gibraltareños, sé por mis suegros que esto no gusta mucho en España, pero es así", ha subrayado.
La postura sobre Gibraltar, como la de las Malvinas, como el rechazo a entrar en el euro y a nuevas transferencias de poder a la Unión Europea muestran que Clegg, aunque es la cara amable y europeísta del nuevo ejecutivo británico, defiende lo mismo que siempre han defendido conservadores y laboristas.
El mejor ejemplo, su postura sobre la salida europea a la crisis. "Juntos somos lás fuertes; separados somos más débiles", ha proclamado el dirigente británico, para luego detallar qué significa ese juntos y ese separados.
Juntos no es un gobierno económico europeo, sino un fortalecimiento del mercado común, especialmente en el sector servicios, y un rechazo a las políticas proteccionistas en algunos países, en la mejor tradición del liberalismo anglosajón.
Separados, cualquier legislación como la que se está planteando en algunos países europeos y en la propia Bruselas contra los fondos especulativos, que tienen en la City londinense su principal foco.
"Hay que tener cuidado en introducir legislaciones que no van al problema fundamental, algunas de las medidas que se han propuesto no resuelven los problemas que generaron la crisis", ha defendido Clegg.