El Gobierno no ve prioritario reformar la Ley de Libertad Religiosa
- Ha decidido retrasar los proyectos no vinculados a la salida de la crisis
- No cumplirá la resolución del Congreso que le instaba a aprobarla antes de julio
La reforma de la ley de libertad religiosa, uno de los ejes de la entrevista que este jueves mantuvo en el Vaticano el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con el Papa, no es prioritaria ahora para el Ejecutivo, que ha decidido retrasar los proyectos no vinculados a la salida de la crisis.
Fuentes del Ejecutivo han confirmado que la reforma, anunciada para antes del verano, no está en estos momentos en la agenda y no tiene fecha.
Es complicado así que el Gobierno cumpla la resolución que el pleno del Congreso aprobó el pasado mes de mayo, en la que le instaba a presentar antes de que acabara este periodo de sesiones (en julio) el anteproyecto de reforma de la ley orgánica de libertad religiosa.
La actual ley data de hace 30 años y el Gobierno quiere adaptarla a la realidad de las diferentes confesiones religiosas que conviven en el país. Hace dos meses el Gobierno ya tenía prácticamente ultimado el texto.
Según avanzaron entonces fuentes del Ejecutivo, que ha garantizado que no se tocará el Concordato que regula las relaciones con la Santa Sede, la reforma establecerá garantías para la libertad de conciencia y actualizará los acuerdos con las diferentes confesiones, definiendo sus derechos.
Regulará también previsiblemente la presencia de los símbolos religiosos en los espacios públicos, uno de los posibles puntos de fricción con la jerarquía eclesiástica.