El préstamo entre los bancos se frena y el BCE se convierte en el 'salvavidas'
- Los bancos españoles, los más tocados por la falta de crédito interbancario
- La desconfianza es el origen de la sequía de préstamos
- El BCE prolonga varias medidas para proporcionar liquidez al sistema
El temor ha regresado al mercado interbancario europeo. Desde hace unas semanas, los bancos se muestran reacios a prestarse entre ellos porque desconfían. Y, según los analistas, los bancos españoles son los que más están notando esa sequía en el crédito.
"Los bancos, para seguir creciendo, nos nutrimos de los depósitos de nuestros clientes, de los préstamos entre nosotros y de nuestras propias emisiones de deuda. Y todo eso escasea ahora", explican desde Bankinter.
Esa carencia de liquidez ha desatado lo que los analistas definen como guerra de depósitos, con ofensivas comerciales de algunos bancos para atraer la mayor cantidad de dinero de sus clientes. Pero esas tácticas no sirven para solucionar la otra gran sequía, la del mercado interbancario.
Lo que está ocurriendo, señalan en ese mismo banco español, "es una réplica en pequeño de lo que sucedió al principio de la crisis". Una visión que ratifica Pablo Guijarro, especialista de Analista Financieros Internacionales (AFI), quien asegura que "la actual situación del mercado interbancario, no por su magnitud, pero sí por la evolución que hemos visto en las últimas semanas, es muy similar a la de octubre de 2008".
También desde el Banco Central Europeo (BCE), su presidente, Jean-Claude Trichet, ha reconocido lo anómalo del momento y ha asegurado que "el mercado interbancario no está funcionando con normalidad".
Más desconfianza, menos préstamos
Desde Bankinter se reconocen que en el sector existen "dificultades de liquidez debido a que el mercado interbancario está prácticamente cerrado".
"Hay cierta falta de credibilidad de España y eso se traslada a la banca; los bancos de fuera dudan en prestarnos desde hace 15 ó 20 días", explica una fuente de este banco. Además, los créditos entre entidades españolas tampoco están fáciles: a finales de mayo, se prestaban entre ellas a un interés del 0,3%, y ahora lo hacen al 0,9%.
En el origen de este contagio entre países y bancos está en que las entidades financieras han acumulado grandes cantidades de deuda soberana de los Estados europeos y también de su deuda privada, 2con lo que se abre un canal de transmisión entre el riesgo de la deuda de esos países y los bancos", señala el analista de AFI.
Según Guijarro, esa desconfianza puede producirse por distintas causas, "porque un país tenga un deterioro en su deuda, o porque tenga más morosidad por el impago de préstamos". Este último es el caso de España, explica este experto, ya que nuestra elevada tasa de paro se conjuga con un alto nivel de deuda privada, lo que hace más que previsible un aumento de los impagos.
En medio de esas dudas, la agencia de calificación de riesgo Moody's ha introducido cierta calma al asegurar este viernes que los bancos europeos tienen unos fondos propios suficientes para asumir eventuales pérdidas en sus carteras de deuda pública y privada de Grecia, Portugal, España e Irlanda.
El BCE como salvavidas
Ese nerviosismo bancario ha llevado al BCE a mantener algunas de las medidas extraordinarias que puso en marcha para proporcionar liquidez a los bancos europeos en el peor momento de la crisis financiera.
La autoridad monetaria europea ha puesto fin a los préstamos a un año y a seis meses, pero ha anunciado que antes de final de año realizará tres nuevas operaciones a tres meses. Así, las entidades que lo necesiten podrán pedirle prestado al BCE y superar las restricciones al crédito que sufren en el mercado interbancario.
"El préstamo entre entidades se ha reducido sensiblemente en todos los plazos, sobre todo en el diario, que es el más habitual entre bancos. Por eso el BCE es vital para garantizar la liquidez porque, sin él, no circula el dinero", explica Guijarro.
Lo mismo aseguran desde Bankinter, que califica como "fantástico" el poder recurrir al BCE para obtener liquidez. Según el Banco de España, el sector bancario español asumía en febrero de este año más del 14% de la deuda total contraída con el BCE por el sistema europeo.
Pero esos préstamos suponen también que las entidades adquieren una deuda con el supervisor europeo que deberán atender en el momento del vencimiento.
Mejor en una hucha que en un banco
El problema es que gran parte de la liquidez proporcionada por el BCE revierte a sus arcas a través de la llamada facilidad de depósito. Se trata de un tipo de cuenta ofrecida por el Banco que permite a las entidades depositar dinero para regularizar sus excesos puntuales de liquidez.
Pero desde el comienzo de la crisis, ese mecanismo que se había creado como un recurso puntual, se ha convertido en una hucha habitual para los bancos, que prefieren asegurar ahí su dinero antes que prestárselo a otros bancos o a sus clientes. Y eso que la remuneración del BCE a los depósitos de esas cuentas es del 0,25% por un día, una rentabilidad muy inferior a la que obtendrían si prestasen ese dinero a otros bancos.
Esta semana, el martes, los depósitos colocados en ese mecanismo del BCE alcanzaron su récord histórico: 364.587 millones de euros, una cantidad que más que duplica los 138.000 millones de euros que se depositaron el 13 de mayo.
Juan Laborda explica que, desde que el BCE decidió comprar deuda, tanto soberana como privada, "los activos bancarios se han incrementado y su contraprestación en el pasivo ha sido, en este caso, que los bancos comerciales han colocado esos depósitos en el BCE. Y así no fluye el dinero", sentencia.
De paso, las entidades reservan liquidez para cuando tengan que devolver los préstamos que les concedió el BCE.
El próximo 1 de julio, la entidad supervisora europea retirará los 442.240,5 millones de euros que adjudicó a un tipo fijo del 1% el 24 de junio de 2009, en lo que fue la primera subasta de liquidez a un año realizada por el Banco Central Europeo y en la que participaron 1.121 entidades del continente.
A juicio de Pablo Guijarro, "el aumento en los depósitos de los bancos comerciales en el BCE se debe, primero, a esa desconfianza entre bancos, y segundo, a que las entidades están desplazando liquidez a esa hucha para reservarla para cuando venzan los préstamos".
La reestructuración bancaria, necesaria y ¿suficiente?
A pesar de las circunstancias enumeradas, el sistema financiero español es, "en conjunto, solvente", según Guijarro, quien destaca como "clave" para que siga siéndolo el proceso de reestructuración bancaria que, en las últimas fechas, "está cogiendo vigor".
"Ésa es la clave: entidades más grandes, capacitadas para gestionar sus activos y captar más depósitos, y con carteras más sólidas", enumera el especialista de AFI.
Pero, en su opinión, las integraciones que se ven en estos momentos son sólo "la primera etapa de un proceso que será más largo, pero pueden ayudar a que los mercados recuperen la confianza y se abran más a las entidades españolas", una vez que comprueben cierta clarificación en el panorama bancario español.
Para Juan Laborda la reestructuración debería ser más intensa y, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo, porque lo que esconden estos problemas del mercado interbancario es que, "tal y como se han hecho los rescates de la banca, no se ha garantizado la solvencia del sistema financiero internacional".
"Si se hubiese reordenado de verdad, se habría recortado drásticamente el número de jugadores (entidades financieras), se habrían aceptado sólo activos solventes y sólo depositantes solventes, y se habría reclamado a los acreedores que pagasen", sentencia este economista.