Reino Unido pide perdón por los crímenes "injustificables" del 'Domingo sangriento'
- El informe Saville reconoce que los militares dispararon primero
- Cameron pide disculpas en nombre de su país a las víctimas
- No se especifican acciones contra los soldados y se exonera a sus superiores
Ver también:Ver también: Análisis sobre el informe de la corresponsal de TVE Anna Bosch
Principales conclusiones del informe:
- Los disparos de los soldados causaron la muerte de catorce personas e hirieron a un número similar. Ninguna de ellas presentaba una amenaza para la seguridad.
- Ninguno de los soldados abrió fuego en respuesta a ataques o amenaza de ataques.
- La comisión investigadora rechazó las declaraciones de los soldados, algunos de los cuales prestaron, a sabiendas, testimonios falsos.
- Miembros del Ejército Republicano Irlandés Oficial (IRA Oficial) efectuaron disparos, aunque se ha establecido que los soldados abrieron fuego primero.
- El viceministro principal norirlandés, Martin McGuinness, subcomandante del IRA Provisional en Derry en 1972, estaba probablemente armado con una ametralladora Thompson y, aunque es posible que disparase su arma, no ha podido probarse.
- McGuinness no estuvo implicado en actividad alguna que hubiese ofrecido una justificación a los soldados para abrir fuego.
- El máximo responsable de las tropas británicas en Irlanda del Norte en 1972, general Robert Ford, debería haber estado al corriente de la reputación del Regimiento de Paracaidistas por abusar de la fuerza.
- El comandante de los paracaidista en Derry, teniente coronel Derek Wilford, desobedeció una orden de un superior, el brigadier Patrick MacLellan, quien vetó la entrada de los soldados en el barrio católico-nacionalista del Bogside.
- El juez Saville exculpa a MacLellan, ya que si hubiese conocido las intenciones de Wilford, posiblemente habría intervenido para suspender la operación.
- El informe exime de toda culpa a los organizadores de la manifestación en Derry, la Asociación por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte.
- Concluye que ni el Gobierno norirlandés ni el británico planearon o previeron el uso de fuerza innecesaria por parte de los militares.
"El primer disparo lo dió el ejército británico. Y estuvo mal". Con estas palabras el primer ministro británico, David Cameron, ha puesto punto y final a una herida de 38 años en Irlanda del Norte, los acontecimientos del 'Domingo Sangriento', por los que ha pedido disculpas "en nombre de todo el país" ante unos hechos "injustificados e injustificables".
Las palabras de Cameron fueron recibidas al grito de "inocentes" en Londonderry, la ciudad donde ocurrieron los hechos en 1972 y en la que miles de personas han seguido su comparecencia por una pantalla gigante.
Cameron ha hecho esta afirmación al presentar ante el Parlamento el informe dirigido por el ex juez del Tribunal Supremo lord Saville of Newdigate sobre lo ocurrido el 30 de enero de 1972, cuando soldados británicos del Primer Regimiento de Paracaidistas dispararon contra una manifestación a favor de los derechos civiles.
Se trata del informe de más larga gestación -un total de doce años- y el más costoso -195 millones de libras (234 millones de euros)- de toda la historia legal británica y concluye que ninguna de las 14 personas asesinadas aquel día llevaban armas de fuego y que los soldados no dieron ningún aviso previo antes de comenzar a disparar contra la multitud.
Claras conclusiones
"Las conclusiones del informe son absolutamente claras", ha detallado Cameron. Esas conclusiones son las siguientes: que los soldados dispararon primero y fueron absolutamente responsables de la muerte de los activistas pero que no recibieron órdenes de sus superiores para que disparasen sino que hubo "una extendida falta de disciplina" y que no hay ningún indicio de encubrimiento del Gobierno británico.
Cameron ha iniciado el relato de los hechos defendiendo que lo ocurrido partió de una decisión errónea, ya que la orden de intervenir en la protesta republicana "no debería haberse dado".
Las muertes fueron la consecuencia de que los soldados "perdieron el control de si mismos", ha explicado Cameron, quien ha añadido que la investigación deja claro que algunos de los soldados "dieron conscientemente falsos testimonios" tras los disturbios.
"Lo lamento profundamente", ha reiterado en tono grave el primer ministro británico en una intervención pública que fue seguida a través de una pantalla gigante por cientos de personas concentradas en el centro de Londonderry, donde también se difundió el informe.
Defensa del ejército
Sin embargo, Cameron no ha hecho ninguna mención a la posible persecución judicial a los soldados que dispararon por asesinatos injustificados y, según las palabras del dirigente británico, el informe no recoge ninguna recomendación específica al respecto.
De hecho, ha tratado de contrarrestar la contundencia de las conclusiones en lo que se refiere al comportamiento del ejército en aquellas fechas, afirmando que "el Domingo Sangriento no debe definir la labor que desempeñaron las fuerzas armadas en Irlanda del Norte durante 38 años (entre 1969 y 2007)".
"Debemos una enorme gratitud a todos los que sirvieron en Irlanda del Norte", ha subrayado Cameron, quien ha reivindicado "el coraje" de las fuerzas armadas durante los años del conflicto en esa provincia.
El informe, de unas 5.000 páginas, fue entregado el lunes al Gobierno británico, y fue conocido esta mañana por las familias de las víctimas y por los mandos militares involucrados.
Lord Saville recibió el encargo en 1998 por el gobierno de Tony Blair y, aunque su coste y duración fue criticada por los conservadores, ahora ha sido un conservador el encargado de presentarlo.
Cameron ha señalado disparos por parte de grupos paramilitares republicanos no permiten justificar la desproporcionada y violenta actuación de los paracaidistas.
En este sentido, ha detallado que el informe recoge que el ahora número dos del Gobierno de Irlanda del norte y entonces cabeza del IRA en Londonderry, Martin McGuiness, estaba presente y probablemente armado.
Aplausos en Londonderry
Mientras, en el ayuntamiento de Londonderry miles de personas, entre ellas su compañero y líder del SinnFein, Gerry Adams, y el ganador del premio Nóbel de la Paz, John Hume, así como familiares y abogados se han manifestado para recordar a las víctimas del 'Domingo Sangriento'.
La presencia del que fue número uno del IRA y de uno de los artífices de los acuerdos del Viernes Santo desde el bando católico muestra hasta qué punto los acontecimientos del Domingo Sangriento unieron a los católicos norirlandeses, pacifistas o partidarios de la lucha armada, contra el Gobierno británico.
Con su presencia y su aplauso final a las disculpas de Cameron, ambos también refutan las últimas palabras del informe Saville sobre el regueron de odio y enfrentamiento que dejó la sangre de ese domingo.
"Lo que ocurrió en el Domingo Sangirento fortaleció al IRA, aumentó el resentimiento nacionalista y la hostilidad hacia el ejército y exacerbó el conflicto violento los años siguientes. El Domingo Sangriento fue una tragedia para los familiares y los heridos y una catástrofe para el pueblo de Irlanda del Norte", concluye Saville.