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Pájaro que no pía no come

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Entre probetas

¿Quién dice que la Ciencia y, sobre todo, su Divulgación tienen que ser aburridas?¿Se puede divulgar e informar de los principales logros e hitos científicos sin dejar el humor en el intento? Entre Probetas nació para informar. Entre Probetas surge para divertir. Mi labor como Profesor, Investigador y Director de Cultura Científica de una de las mejores universidades y centro de investigación del país -Universidad Autónoma de Madrid y Centro de Biología Molecular Severo Ochoa- me permiten estar en primera línea informativa en áreas afines, o no tan afines, a mi propio desarrollo como científico; como biólogo molecular y microbiólogo. Emisión: Lunes a Jueves 15.36; Sábado 14.52; Domingo 09.52 y 14.52

¿Cuántas veces se ha regocijado con la imagen bucólica-pastoril de un polluelo requiriéndole más y más gusanitos a su siempre esforzada mamá? A pesar de los esfuerzos de ecólogos del comportamiento y genetistas cuantitativos por desvelar la íntima comunicación molecular-hormonal entre los polluelos y sus madres, incluso antes de salir del cascarón, todavía son muchas las incógnitas que permanecen en esos siempre admirables nidos.

Resultados previos mostraron cómo compuestos varios producidos por la madre, como testosterona, anticuerpos o carotenoides podían modular el comportamiento de los polluelos a la hora de solicitar más comida.

Un estudio aparecido en Science, coordinado por Rebecca M. Kilner del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, aportan una nueva y original perspectiva a la difícil pregunta de la coadaptación y comunicación entre padres y progenies. Al menos, en su modelo de canarios.

La comunicación prenatal les dice a los polluelos las condiciones que se encontrarán

Según el estudio, la comunicación desde la madre hacia los polluelos, en su estadio prenatal, mediante ciertos factores, le puede estar desvelando a los futuros individuos las condiciones externas que se van a encontrar, al estilo de otros estudios llevados a cabo con ratones donde la madre, de alguna forma, le indicaba a su futura camada el grosor del pelaje que deberían desarrollar, según las condiciones climatológicas externas.

Según el estudio de Cambridge, polluelos que nacen en un entorno de padres generosos tienden a ser más pedigüeños que aquellos que lo hacen en un entorno más austero. En este último caso, los polluelos pían menos.

Esta tendencia, es decir, la necesidad de la comunicación materna hacia los polluelos, más que a la inversa, quedó demostrada al intercambiar los huevos de nidos antes de la eclosión. Al parecer, las hormonas que los huevos reciben son para que las futuras crías se adapten. Más 'cornás' da el hambre.

ENTRE PROBETAS

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