¿Qué se esconde trás la prohibición del burka?
- Según expertos y SOS Racismo, el factor electoralista es una de las claves
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La mujeres que lleven niqab o burka no podrán entrar así vestidas en las instalaciones públicas de tres de las cuatro capitales catalanas. Lleida abrió la veda el pasado 28 de mayo, y a ella se han sumado El Vendrell y Tarragona. En Barcelona su alcalde ha anunciado que lo prohibirá por decreto. Girona rechazó el pasado lunes una moción del PP que instaba a extender la prohibición a la calle.
El debate se ha extendido a todas las administraciones de Catalunya como en ayuntamientos, diputaciones y Consejos Comarcales. Las próximas semanas se pronunciarán sobre este aspecto en al menos diez entes locales. La prohibición del burka y el niqab está en la escena política de Cataluña, la primera Comunidad y, hasta el momento, la única de toda España donde se ha prohibido su uso de alguna manera.
Pero..¿porqué precisamente Cataluña es la pionera en tomar esta medida? Según la socióloga Carlota Solé, Catedrática de Universidad Autónoma de Barcelona y directora de GEDIME (Grup d'Estudis d'Immigració i Minories Ètniques), tres factores lo explican: "Por un lado, el número de inmigrantes, su participación en asociaciones de tipo religioso" y sobre todo, "el factor electoralista".
Resulta muy difícil medir el número de burkas que pueden ver se por Cataluña. Según fuentes del Consistorio barcelonés consultadas por RTVE.es, el uso del burka es "anedótico" y "ocasional". El niqab es algo más habitual, pero desde SOS Racismo Cataluña aseguran que no tiene demasiada presencia". "Pondré un ejemplo. Nosotros trabajamos en el Barcelona, en el Barrio del Raval, una zona con mucha inmigración y no hemos visto ninguno", asegura Jose Peñín, portavoz de la plataforma.
Por su parte, el alcalde de Barcelona, Hereu, ha defendido la medida por seguridad, y por ser una expresión "de sentido común". "No es posible entrar en un equipamiento y que no se permita la identificación", ha advertido, y ha defendido que "de ninguna manera es atentar contra ninguna creencia religiosa".
En la misma línea se ha manifestado el ministro de Interior, Francisco Caamaño, quien cree que "hay elementos como el burka que son difícilmente compatibles con la dignidad del ser humano y sobre todo con elementos fundamentales en los espacios públicos como es la identificación".
"Puede servir para atajar un incremento del racismo" en un futuro, sostiene la socióloga Carlota Solé
¿Un debate artificial?
¿Realmente es una demanda social o un debate forzado por la clase política ante la cercanía de las elecciones al Parlamento del próximo otoño? "Es un debate artificial, no hay una demanda social. Lo han sacado los medios de comunicación de masas, recogiendo las iniciativas políticas" asegura Carlota Solé.
Una opinión que comparten desde SOS Racismo Cataluña que, mediante un comunicado han denunciado que el debate "no responde a una preocupación social real, sólo ha tomado relieve como inquietud de la población cuando los políticos con los medios de comunicación lo han puesto en la agenda de la actualidad.
"El problema es prácticamente inexistente en Cataluña", ha asegurado Jose Peñín, portavoz de SOS Racismo en Catalunya y "se está haciendo con muy poca pedagogía". "Es un tema social muy complejo, con muchas causas y que necesita un debate profundo" ha asegurado a RTVE.es.
Falta de unanimidad
Lo cierto es que no hay unanimidad de posturas, y ni la derecha ni la izquierda parecen poder hacer bandera de la causa. La inicitiva la defienden, en mayor o menor medida, con sus matices distintas corrientes políticas: La Plataforma per Catalunya que gobierna en Vic, partidos de centro derecha nacionalista, como CIU o partido con representación nacional como el PP, pero también desde el PSC y ERC se muestran ambiguos.
Ni siquiera dentro de los propios grupos hay unanimidad de criterios. "Es por que es una cuestión menor desde el punto de vista político", asegura la socióloga Carlota Solé.
Para SOS Racismo, esta diferencia demuestra que los partidos "pretenden estar a la cabeza de una carrera frenética por abanderar la mano dura contra la población inmigrante sin preocuparse de las consecuencias, dándose incluso casos de incoherencia dentro de los partidos políticos".
"Numéricamente no tiene importancia, pero sí simbólicamente" ha asegurado la socióloga Carlota Solé, quien ha añadido que "lo que puede producir es visibilizar una cuestión" existente y regularizar una problemática antes de que el debate se encone y cree auténticos problemas sociales.
El debate traspasado las fronteras de Cataluña. Este martes el ministro de Justicia, Francisco Caamaño ha avanzado que la futura ley de libertad religiosa limitará el uso del burka en espacios públicos tal y como ya se han decidido en algunas zonas de Cataluña.